Vida cotidiana

Todas las personas privadas de libertad pasan al menos una hora diaria al aire libre

no

Cada celda dispone de un patio interior, de cerca de unos 20 m2, al que los reclusos del régimen “general” pueden acceder durante todo el día. Los condenados a cadena perpetua agravada solo pueden acceder una hora diaria (hasta cuatro horas en algunos casos). Los presos políticos no tienen autorización para salir de sus celdas.

La administración penitenciaria propone actividades a los reclusos

Los reclusos tuvieron acceso a actividades deportivas y culturales, a una enseñanza religiosa y a actividades organizadas en las bibliotecas.
Los presos políticos, contrariamente al resto de los reclusos, no tienen acceso a las actividades culturales o deportivas organizadas en la prisión. Estas restricciones afectan principalmente a las personas acusadas de tener vínculos con el movimiento Gülen.

Existen áreas específicas para las actividades físicas y deportivas

no

Existen áreas específicas para las actividades culturales

Los establecimientos penitenciarios cuentan con una biblioteca

no

Los reclusos pueden acceder a diferentes libros y diccionarios disponibles en las bibliotecas. Pero el acceso a cadenas de televisión o estaciones de radio en otros idiomas es imposible.

La jornada normal de un preso político (miembro del partido de trabajadores de Kurdistan, PKK), que comparte una celda de dos plantas con cinco personas más, se inicia a las 7:30 a.m. Los guardias hacen un conteo a las 8:15 a.m. El desayuno se distribuye a las 8:30 a.m. Después del desayuno, los reclusos pueden acceder al patio exterior (de 40 m2). Algunos internos organizan cursos a partir de las 9 a.m., de inglés, por ejemplo. A las 10:30 a.m. hay una pausa. El almuerzo se sirve a las 12 a.m. La tarde es libre, hasta las 6:00 p.m. Los reclusos pueden ver televisión, escuchar la radio y leer libros o periódicos. La cena se sirve a las 18:30 p.m. Los guardias cierran el patio exterior a las 8:15 p.m. y un poco más tarde realizan un nuevo conteo. Las luces se apagan a la medianoche.

El trabajo es obligatorio

no

El acceso al empleo y a diversas activitades es limitado y, en alguno casos, imposible para las personas LGBTI.

Número y porcentaje de reclusos que trabaja

21,9 % (50.348)
i
2017
/ ICPR

Evolución del número de reclusos que trabaja

no

El director de una institución de régimen abierto afirmó a la asociación Civil Society in the Penal System que los reclusos no están obligados a trabajar y que los empleos se ofrecen únicamente con el objetivo de prepararlos para su liberación. Los reclusos de este establecimiento afirman que se les obliga a trabajar para empresas privadas, incluso durante los fines de semana, bajo las condiciones que se les imponga. El personal amenaza con trasladar a prisiones de régimen cerrado a los reclusos que se niegan a trabajar.

Todos los reclusos están autorizados a trabajar

Si bien la ley prohíbe obligar a los reclusos a trabajar, todas las personas que están cumpliendo su condena en una prisión de régimen abierto deben trabajar.

Algunos reclusos trabajan para el servicio general y realizan el mantenimiento de las zonas comunes y la preparación de las comidas. Algunas empresas externas ofrecen trabajo y utilizan los talleres del establecimiento (para textiles de producción agrícola por ejemplo).
En cuanto a los presos políticos, son responsables del mantenimiento de las celdas. Las tareas se dividen a su vez.

Existe un número máximo de horas de trabajo por día y semana, con al menos un día de descanso

no

Las jornadas de trabajo a menudo sobrepasan los horarios legales y los trabajadores no cotizan para su pensión. Las condiciones de trabajo en reclusión no son conformes al código de trabajo

Los reclusos reciben un salario por su trabajo

Los reclusos disponen de una cuenta nominativa en la que se consigna el salario o el dinero que envían los parientes.

Al momento de su ingreso en prisión, las personas deben firmar un documento que autoriza a la administración penitenciaria a administrar su cuenta. Una suma de dinero se atribuye a los gastos de funcionamiento.

Los salarios son

muy por debajo

Los salarios en prisión representan, en promedio, un cuarto del salario mínimo. La remuneración, que varía entre 7 y 10 liras turcas (1.5 a 2 euros) diarios, se ingresa en una cuenta nominativa de la que la administración penitenciaria retira una parte para los gastos de gestión.

Los salarios están sujetos a cotizaciones sociales

no

Se respetan las normas de salud y seguridad laboral que se aplican al exterior

no

Existe un seguro que cubre los accidentes de trabajo, los gastos de salud y de maternidad.

Autoridades responsables de la formación académica y profesional

Ministerio de Educación

La formación académica se imparte

en la mayoria de las instituciones

Las clases de los primeros años de educación secundaria se imparten en los establecimientos penitenciarios, y las de los últimos tres años son accesibles por correspondencia.

La administración penitenciaria implementa programas para combatir el analfabetismo

Dentro de los programas de formación, se organizan cursos de alfabetización, a los que los reclusos no tienen la obligación de asistir. Según el instituto de estadísticas turco1, en 2016, el 1 % de las personas condenadas contaba con un nivel de educación de básica primaria.


  1. De acuerdo con el último comunicado de prensa relativo a las estadísticas penitenciarias del 1 de diciembre de 2017. 

Se ofrecen formaciones a distancia

La oferta de formaciones universitarias es más restringida, y las clases se imparten también a distancia.

Los reclusos pueden mantenerse informados con regularidad de los asuntos públicos

varía según el régimen de detención

Los reclusos tienen acceso a la televisión

sì, por compra

Por lo general, las celdas cuentan con una radio y un televisor. Sin embargo, algunos establecimientos los prohíben. Los reclusos deben pagar para poder acceder a ellos (al igual que con los periódicos). Los guardias pueden confiscarlos sin ninguna justificación.

Los reclusos tienen acceso a la radio

Los reclusos tienen acceso a la prensa

Todos los meses, los internos hacen una lista de los periódicos que les gustaría leer. El acceso a libros y periódicos es restringido. Una comisión verifica todos los documentos antes de dar su autorización. El acceso a los documentos en idiomas extranjeros es aún más restringido, ya que la comisión no está en condiciones de controlar su contenido.

La administración penitenciaria autoriza el acceso a Internet

no

Se prohíbe la prensa considerada como parte de la oposición, por ejemplo el periódico Yeni Asya. La administración selecciona previamente los canales de televisión y las estaciones de radio accesibles. Solamente se autorizan los programas favorables al Gobierno.

Los reclusos pueden practicar libremente su religión y seguir su filosofía

no

El respeto al libre ejercicio de culto varía según el establecimiento. Ciertas prisiones, como la de Kirklareli o la de Bursa1, garantizan este derecho. Sin embargo, en algunos establecimientos se obstruye el acceso a textos religiosos como el Corán. Los plazos de obtención son largos, como en la cárcel para mujeres de Duzce.
No se suministra una alfombra de oración.

Existen lugares específicos para el ejercicio del culto

-

A menudo, los reclusos rezan individualmente. Algunas personas afirman que existen fuertes medidas represivas.

Algunas organizaciones o personas externas están autorizadas a intervenir en las prisiones

no

Las políticas en materia de seguridad se endurecieron considerablemente a partir de 2015. Se prohibió de nuevo el acceso de las organizaciones de la sociedad civil y de los investigadores universitarios a las prisiones. Tras del intento de golpe de Estado de julio de 2016, se declaró un estado de excepción que reforzó las políticas en materia de seguridad y degradó las condiciones de reclusión.
Desde 2015, el Ministerio de Justicia prohíbe la intervención de las ONG en los establecimientos penitenciarios.

Los reclusos están autorizados a disponer de medios económicos

Los medios económicos están disponibles

en una cuenta registrada

Se prohíbe la circulación de dinero. Los reclusos disponen de una cuenta nominativa en la que se consigna el salario o el dinero que envían los parientes.
Al momento de su ingreso en prisión, las personas deben firmar un documento que autoriza a la administración penitenciaria a administrar su cuenta. Una suma de dinero se atribuye a los gastos de funcionamiento.
Los recursos financieros de los reclusos provienen a menudo de sus familiares. Las personas de medios modestos trabajan, cuando es posible, para atender sus necesidades.

Los reclusos indigentes reciben una ayuda financiera o en especie

no

Las personas indigentes viven en situación de precariedad. Los reclusos extranjeros, a menudo alejados de sus familias, no pueden atender sus necesidades básicas. Algunas iglesias dan donaciones para ayudar a los reclusos. Las personas LGBTI, rechazadas por sus familias, también se pueden encontrar en situaciones similares.