Contribuidor(es)Derrick Thulani & Sasha Gear (Just Detention International)

Población específica

La población carcelaria ascendió a 161 054 reclusos en marzo de 2017 (161 984 en marzo de 2016) El número de reclusos, que disminuyó entre 2008 y 2014, comenzó a aumentar nuevamente a partir de 2016. La población carcelaria ha mostrado un aumento general del 40% desde 1994.

La tasa de encarcelamiento se ha reducido desde 2004, cuando se situó en 403 personas por cada 100 000 habitantes. En marzo de 2017, esta tasa era de 286 personas por cada 100 000 habitantes (291 en marzo de 2016).

La población carcelaria es muy joven. Hasta el 31 de abril de 2015, 40 803 reclusos tenían menos de 25 años. El 40% de ellos estaban en prisión preventiva 1. 3656 reclusos condenados tenían entre 18 y 20 años de edad durante 2016/2017 (4123 durante 2015/2016)2.

Durante el período 2016/2017, la capacidad oficial se estableció en 119 134 plazas en todo el país 3. Esta cifra, en comparación con el número de reclusos, mostró un índice de ocupación del 135%, en marzo de 2017. Algunas instalaciones penitenciarias alcanzaron más del 200% de su capacidad en 2015/2016, como el Centro Malmesbury, el Centro de Detención Preventiva de Pollsmoor y el Centro Medio de Johannesburgo B 4. Dos cambios legislativos de fines de la década de 1990 contribuyeron a las altas tasas de encarcelamiento:

  • Desde 1998, los magistrados de distrito pueden dictar sentencias más largas sin ninguna directriz para la imposición de penas.
  • La Ley de Enmienda del Código Penal de 1997 estipula sentencias mínimas obligatorias para ciertos delitos graves (de 15 años a cadena perpetua). La provisión de sentencias mínimas fue pensada para ser temporal, pero ahora es permanente al dictar sentencias.

En marzo de 2017, 43 799 reclusos estaban a la espera de juicio (45 043 en 2016). Estos representan el 27.2% de la población carcelaria (27.9 % en 2016). Si bien los reclusos preventivos deben separarse de los penados, como se establece en la Ley de Servicios Correccionales, en la práctica, este requisito no se cumple adecuadamente. Los reclusos en espera de juicio a menudo permanecen en peores condiciones que los condenados.

Para el 31 de abril de 2015, el 17% de los preventivos se encontraban retenidos debido a que no podían pagar lo montos de la fianza 5.

Entre las personas arrestadas y encarceladas predominan los africanos pobres y las personas de color. De acuerdo a AfricaCheck, a finales de 2016,aproximadamente el 80% de los reclusos sudafricanos eran negros, el 12% de color, el 1% blancos, y menos del 1% eran asiáticos/indios. Una investigación de 2013 explica que “los hombres africanos de 15 a 65 años también tienen seis veces más probabilidades de ser encarcelados que los hombres blancos”. La misma investigación indica que suele ser más frecuente que “las personas de raza negra y de color esperen su juicio en prisión preventiva”.

La proporción de admisiones en espera de juicio respecto de la de admisiones de condenados, aumentó de 6:5 en 2001 a un máximo de 16:5 en 2008, antes de estabilizarse en torno a 9:4 6.


  1. Inspección Judicial de Servicios Correccionales, Informe anual 2014/2015, p. 44. 

  2. Departamento de Servicios Correccionales, Informe anual 2016/2017,p. 26. 

  3. Departamento de Servicios Correccionales, Informe anual 2016/2017,p. 24. 

  4. la Inspección Judicial de Servicios Correccionales, Informe anual 201/2016, p. 49. 

  5. Inspección Judicial de Servicios Correccionales, Informe anual 2014/2015, p. 46. 

  6. Informe temático sobre justicia penal y derechos humanos en Sudáfrica](http://tbinternet.ohchr.org/Treaties/CCPR/Shared%20Documents/ZAF/INT_CCPR_CSS_ZAF_23064_E.pdf), una presentación al Comité de Derechos Humanos de las Organización de las Naciones Unidas (ONU) en respuesta al Informe Inicial de Sudáfrica en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en el 116 ° período de sesiones del Comité de Derechos Humanos (Ginebra, marzo 2016), p. 14. 

Preventivos

27,2 %

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31/03/2017
/ Departamento de Servicios Correccionales

En marzo de 2017, las reclusas representaban el 2.6% (4174) de la población penitenciaria global; 1195 mujeres esperaban juicio 1.

Las reclusas están alojadas en nueve cárceles exclusivas para mujeres o en unidades femeninas dentro de las cárceles regulares.

A veces, hay hombres que trabajan en las cárceles femeninas y se han reportado casos de abusos sexuales contra las mujeres por parte del personal masculino. El contexto doméstico abusivo en el que las mujeres generalmente viven antes del encarcelamiento, se reproduce a través de la violencia perpetrada por el personal masculino.

Algunas reclusas tienen posiciones de poder e influencia dentro de las cárceles. Las llaman “señoras de la cocina” porque usualmente dirigen la cocina de la prisión. Intercambian bienes o servicios por los alimentos a los que tienen acceso, y obligan a sus compañeras a mantener relaciones sexuales con ellas a cambio de protección.

Las celdas de las mujeres son insalubres. La higiene es deficiente, especialmente en el módulo dedicado a las reclusas preventivas; los baños y las duchas están sucios y/o bloqueados y no tienen agua tibia. El número de baños también es insuficiente, y el papel higiénico y los suministros de jabón son inadecuados 2.

Las reglas de Bangkok recomiendan acceso a un ginecólogo y provisión de toallas sanitarias para las mujeres. Según la socióloga Caroline Agboola, algunas prisiones no tienen médicos para atender las necesidades médicas de las reclusas femeninas. Las enfermeras también son superadas en número. En 2016, solo había un psicólogo, un médico y un dentista en el módulo de mujeres de la prisión de Pollsmoor.

Los tratamientos médicos a veces no se brindan adecuadamente. Por ejemplo, en 2016, en la prisión de Pollsmoor, varias mujeres VIH-positivas no recibían su tratamiento antirretroviral. Varias reclusas embarazadas no reciben atención médica en ningún momento de su encarcelamiento, y algunos embarazos pasan desapercibidos para las autoridades.

Hubo 16 madres con bebé en 2016 3. Los niños pueden quedarse con su madre hasta que cumplan los dos años. La prisión de Pollsmoor incluye un módulo separado para madres y bebés, y una guardería.

Los niños nacidos antes del encarcelamiento de sus madres, a menudo terminan en una situación precaria. El Libro Blanco sobre las correccionales en Sudáfrica solo estipula que las mujeres deben ser encarceladas cerca de sus hogares. En 2016, en la prisión de Pollsmoor, 70 mujeres fueron colocadas en una celda destinada a 30. Algunas de ellas duermen en el piso. Las celdas tienen mala ventilación y están infestadas de piojos y cucarachas. En 2016, las cárceles para mujeres estaban menos abarrotadas que las masculinas, pero la sobrepoblación genera las mismas tensiones y competencia por los recursos. A veces dos mujeres deben compartir una cama individual.


  1. Departamento de Servicios Correccionales (DCS, por sus siglas en inglés), Informe anual 2016/2017, p. 25. 

  2. J Gordin e I Cloete, encarcelados antes de ser encontrados culpables: detenidos en prisión preventiva en Sudáfrica, Revista de Derecho de la Universidad de Cincinnati, 80:40, 2013, 3. 

  3. Respuestas de Sudáfrica a la lista de cuestionamientos” del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, 3 de junio de 2016, §23. 

Mujeres reclusas

2,6 %

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31/03/2017
/ Departamento de Servicios Correccionales

La ley prohíbe el encarcelamiento de menores de 14 años.

Los menores pueden ser detenidos antes del juicio por un período máximo de 120 días.

El número de niños en las instituciones correccionales ha disminuido gradualmente desde 2000: un promedio de 3910 niños condenados y en prisión preventiva en el año 2000 y un promedio de 402 niños condenados y en prisión preventiva en 2014.

De acuerdo con el Departamento de Servicios Correccionales (DCS, por sus siglas en inglés) Informe anual 2016/2017, había 148 menores condenados (147 niños y 1 niña) y 187 durante 2015/2016. Al 31 de marzo de 2017, 110 menores se encontraban en prisión preventiva (104 niños y 6 niñas).

Esta disminución fue impulsada por la implementación de la Ley de Justicia Infantil, en 2010, que promueve el encarcelamiento como último recurso.

Los niños y los adultos a veces viven en las mismas instalaciones pero en módulos diferentes. Por lo tanto, el Departamento de Servicios Correccionales (DCS, por sus siglas en inglés) supervisa a estos menores, ya que sus funcionarios no están capacitados para trabajar con niños.

Sin embargo, todos los niños acusados de un delito están bajo la supervisión del Departamento de Desarrollo Social (DSD, por sus siglas en inglés). Por ejemplo, el DSD garantiza que todos los niños sean evaluados por un agente de libertad condicional y sean remitidos al tribunal de menores, recomendados para asesoramiento, o colocados en un centro de atención segura. El DSD también es responsable de la provisión de programas educativos para niños en espera de juicio, y de la atribución y gestión de centros de atención infantil y juvenil (CYCC, por sus siglas en inglés) para niños en espera de juicio. La Ley de Servicios Correccionales exige que todos los niños en edad de escolarización obligatoria (menores de 15 años) tengan acceso a la educación. Sin embargo, en la práctica, los niños no siempre cuentan con servicios educativos.

La organización sin fines de lucro Jóvenes en Prisión de Sudáfrica (YiPSA, por sus siglas en inglés),creadaen 2008, trabaja con niños en conflicto con la ley. Se centra en la rehabilitación a través de talleres de terapia de arte en centros correccionales de Ciudad del Cabo y Johannesburgo.

Al 31 de marzo de 2015, los extranjeros representaron el 6.3% de la población carcelaria (10 170 reclusos). En junio de 2017,11 842 extranjeros estaban |detenidos](https://pmg.org.za/committee-question/5880/) en centros penitenciarios sudafricanos. De estos, el 62% había sido condenado y el 38% aguardaba juicio 1.

Alrededor del 12% (1380) de los extranjeros encarcelados en las prisiones sudafricanas fueron enjuiciados por estancia ilegal en el país.

La mayoría eran zimbabuenses (41.5%), seguidos por mozambiqueños (24%).

Los reclusos nigerianos son víctimas de la xenofobia de los funcionarios de las prisiones. Se considera que pertenecen a la nacionalidad más discriminada en las prisiones sudafricanas.


  1. África Check, “El estado de las prisiones sudafricanas”, 18 de julio de 2017. 

Extranjeros reclusos

6,3 %

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31/03/2015
/ World Prison Brief

El Código Penal de Sudáfrica no penaliza la orientación o la identidad sexual.

Los reclusos LGBTIQ no siempre se colocan en celdas individuales, a pesar de que se consideran en riesgo en las celdas colectivas.

Después del apartheid, se creó una Comisión para conceder la amnistía a reclusos, con la condición de que los crímenes cometidos durante el apartheid tuvieran motivaciones políticas.

En 2007, el presidente sudafricano Thabo Mbeki estableció un programa de indulto para los reclusos que no habían sido excarcelados por la Comisión anterior.

En 2017, algunas personas seguían encarceladas esperando a que se revisara su caso dentro del marco de este programa. Según el Congreso Panafricanista, 130 de sus miembros estaban todavía en prisión por delitos cometidos durante la era del apartheid.

Los presos pueden ser separados por edad. No se brindan tratamientos específicos a los ancianos.

Los reclusos pueden ser separados en función de su estado de salud.

En noviembre de 2016, el atleta discapacitado de fama mundial Oscar Pistorius fue trasladado de la unidad médica de la prisión de Pretoria a la prisión de Atteridgeville, un establecimiento más adaptado a su condición.

Sin embargo, la mayoría de los reclusos discapacitados no se beneficia de tales condiciones de reclusión. En 2014, Eric Viljoen vivía en una celda superpoblada con 37 personas en la prisión de KgosiMampuru (Pretoria). Usaba una pierna protésica como Oscar Pistorius, pero no fue transferido a una celda adaptada para discapacitados. En la prisión de KgosiMampuru, solo hay un bloque con rampas y sin escalones cerca del hospital de la prisión. Incluso allí, las rampas son de baldosas pulidas y muy resbaladizas. El prisionero dijo que el Departamento de Servicios Correccionales (DCS, por sus siglas en inglés) no le proporcionó una silla de ruedas, sino que lo puso en una lista de espera durante tres años. También necesitó una nueva pierna protésica, pero tuvo que rechazar la cirugía en prisión porque las prótesis que el DCS proporciona son de muy baja calidad.

Los reclusos con discapacidades o enfermedades mentales graves permanecen bajo la custodia del sistema penitenciario a pesar de que corren un mayor riesgo de violencia y de malas condiciones de salud. De hecho, de acuerdo con la Inspección Judicial del Servicio Correccional (JICS, por sus siglas en inglés), los reclusos con enfermedades mentales suelen ser encarcelados con la población general de reclusos para evitar que se autolesionen. Sin embargo, esto plantea riesgos para los otros reclusos. Los funcionarios de custodia no están adecuadamente capacitados ni equipados para tratar a los enfermos mentales 1.


  1. Inspección Judicial del Servicio Correccional, Informe anual 2015/2016, p.110.