Contribuidor(es)Prison Insider

Vida cotidiana

El enceldamiento es colectivo. Los detenidos disponen a menudo de menos de 2m2 de celda.

Algunas celdas son antiguos despachos o lavaderos.

En Maroua, las celdas son grandes, pero, a causa de la superpoblación, cada detenido dispone de un espacio extremamente reducido. La celda más amplia, de 88m2, alberga alrededor de 120 personas. Esta celda está considerada como la mejor por parte de las autoridades penitenciarias al estar mejor ventilada que las otras: el techo es alto y dispone de bocas de ventilación. La falta de ventilación de las celdas combinada con la superpoblación provoca temperaturas de más de 40°C durante los periodos de calor.

Desde el momento de su ingreso en prisión, en cuanto llegan a la celda de tránsito, los reclusos negocian su módulo de destino (enlace en francés) y la obtención de una cama. El éxito de la negociación depende de los contactos y relaciones que tengan en el exterior de la prisión y de sus recursos económicos.

La obtención de una cama es un juego de poder. Todos los reclusos no pueden obtener una, ya que esta cuesta 25 000 francos CFA (alrededor de 38 euros) 1

En la prisión de Yaundé, los reclusos duermen sentados o de pie (enlace en francés).

En la prisión de New-Bell, en 2015, los prisioneros utilizaban cartones como sacos de dormir. Más de la mitad de ellos no estaban alojados en celdas y dormían al raso en el mismo suelo del patio.

Los ex altos funcionarios del Estado se encuentran recluidos en los módulos menos insalubres, mientras que las personas consideradas como “inmorales” (la comunidad LGBTI principalmente) se encuentran en los módulos más insalubres y con las personas más pobres.


  1. El salario medio mensual en Camerún es de aproximadamente 80 euros. 

La administración penitenciaria ofrece una única comida al día. Esta consiste en arroz y alubias rojas para todos los tipos de regímenes sin distinción.

La cantidad de comida no es suficiente. Las personas detenidas cuentan con sus familias para que les traigan comida. Algunos reclusos mueren por malnutrición (enlace en inglés).

Hay comerciantes que venden comida en un hangar de la prisión (enlace en francés) central de Kondengui de Yaundé.

El agua potable no siempre está disponible.

Los centros penitenciarios cuentan con una falta de mantenimiento. Los tejados tienen goteras. La mayoría de los establecimientos no tienen electricidad.

No todas las prisiones tienen agua corriente. El alcantarillado y la evacuación de las aguas residuales supone un problema. No hay retretes en todas las celdas.

En Maroua, los reclusos deben hacer sus necesidades en el suelo, al lado de la puerta, ya que están encerrados desde las seis de la tarde hasta las seis de la mañana. En junio de 2015, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y los bomberos transportaron agua a la prisión de Maroua. Pero la cantidad no fue suficiente para que los detenidos se lavaran. La prisión contaba entonces con solo 20 retretes para más de 1200 personas. El agua sucia y pestilente se estancaba en los conductos a cielo abierto de la prisión.

En Tcholliré, los reclusos no disponen de sanitarios (enlace en francés). Deben hacer sus necesidades en un orinal.

Las celdas son muy antiguas. No están bien aireadas ni ventiladas, lo que facilita la propagación de enfermedades como la tuberculosis.

La sarna es uno de los problemas médicos más frecuentes. En caso de superpoblación, como ocurre en la prisión de Maroua, la sarna se propaga rápidamente a causa de los contactos cutáneos directos y repetidos. La imposibilidad de lavarse agrava la situación.

En 2015, el CICR visitó a más de 5500 personas. En la prisión central de Yaundé distribuyó artículos de higiene y mosquiteras a 200 reclusos, que la administración penitenciaria no les había suministrado.

Las familias también pueden llevar cosas a los detenidos, principalmente ropa.

Los reclusos se ocupan de recoger la basura para mantener los espacios en buen estado. La limpieza depende de la participación directa de los detenidos, que están obligados a limpiar.

Algunos animales dañinos para la salud del ser humano, principalmente insectos, pululan en las prisiones al igual que en todo el país.

La sanidad penitenciaria se halla bajo tutela de la administración penitenciaria.

El presupuesto dedicado en 2015 a la cobertura sanitaria fue de diez euros por persona detenida (enlace en francés). Un programa de lucha contra la tuberculosis y el SIDA se llevó a cabo gracias a esta ayuda del 2002 al 2014. Esto permitió reducir la tasa de mortalidad en un 75%.

El personal médico y sanitario (enlace en francés) estaba formado por 225 personas en 2014:

  • 23 médicos (1 por cada 1160 reclusos).
  • 48 enfermeros (1 por cada 557 reclusos).
  • 119 auxiliares de enfermería (1 por cada 225 reclusos).
  • 35 técnicos de laboratorio de diagnóstico clínico (1 por cada 762 reclusos).

La prisión de Maroua dispone de dos médicos, pero uno de ellos trabaja solo a tiempo parcial. La prisión de Douala cuenta con dos médicos y con diez camas destinadas a los enfermos para un total de 3000 reclusos. Una dentista voluntaria acudía a la prisión central de Yaundé hasta hace poco.

Solo existen 20 enfermerías en el conjunto de centros penitenciarios del país. En lugar de una enfermería, las prisiones tienen un “pabellón para enfermos” en los que se pueden aislar a las personas con problemas de salud.

Los reclusos van a la enfermería cuando están enfermos. Si la enfermedad es grave pueden ir al hospital, generalmente al Hospital Central. Los reclusos deben negociar para ir al hospital. En caso de problemas ginecológicos, van directamente. La autorización para ir al hospital la conceden los responsables de la prisión, que se pueden negar.

El hospital dispone de un pabellón para los internos gravemente enfermos. En 2015, los pacientes padecían malnutrición y falta de higiene. Algunos enfermos dormían en el suelo, rodeados de sus propios excrementos. Otros eran encadenados durante su estancia en el hospital.

Un gran número de reclusos llegan enfermos a los centros penitenciarios y no se les trata en el momento de su ingreso en prisión. Tampoco se les somete a un reconocimiento médico cuando ingresan en la cárcel. El acceso a los medicamentos se realiza previo pago. El número de medicamentos disponibles es insuficiente para tratar a todos los enfermos. La toma de medicamentos es irregular. Los medicamentos no se conservan según las normas requeridas. Muchos reclusos se infectan de nuevo, ya que no separan a las personas enfermas de las sanas.

Los reclusos pueden permanecer varios meses en un estado de salud preocupante. Isaac, herido de bala en 2014, se expuso a una gangrena en una pierna ya que esperó más de 15 meses para ser operado.

Foudama perdió la vista en 2015 y contrajo una tuberculosis pulmonar durante su reclusión en Salak. Sus ojos no han recibido todavía el tratamiento necesario.

Muchas ONG intervienen en las prisiones en el marco de los problemas sanitarios.

Los reclusos deben pactar el acceso a las actividades. Deben negociar para salir de su celda, para circular por los pasillos, para tener acceso a una televisión. Todo se paga, ya sea a los jefes de pabellón, a los jefes de celda, al portero, o al jefe del patio.

Los reclusos pueden salir a un patio. Los centros más grandes disponen de varios patios: los patios de los módulos y el patio principal.

La prisión central de Yaundé posee un gran patio en el que se puede jugar al fútbol.

Hay actividades oficiales (enlace en francés) propuestas por asociaciones.

A veces se proponen actividades de índole festivo o artístico. Estas actividades son propuestas por asociaciones caritativas.

La prisión central de Yaundé tiene una biblioteca.

Es posible tener acceso a una televisión. Para ello se paga un derecho de televisión al jefe local (el jefe de la celda).

Algunos reclusos realizan tareas en el exterior de la prisión. Los reclusos que desempeñan dichos trabajos son aquellos que presentan un menor riesgo de fuga. Estos deben negociar la autorización (dinero, servicios…).

La mayor parte de los reclusos realiza pequeños trabajos para ganar dinero.

Las mujeres de la prisión central de Yaundé hacen trabajos de costura, bordados, calceta y peluquería (enlace en francés). Las materias primas son facilitadas por sus familias. El domingo es el día en que se venden los productos.

En la prisión central de Yaundé, algunos reclusos pueden trabajar en la cocina. No reciben remuneración alguna por ello y no se trata de un trabajo oficial sino, más bien, de un medio para obtener poder, delegado por el personal.

Los recluidos en prisiones secundarias [^ver] pueden salir a trabajar al campo.

[^ver]:Ver sección “La organización”.

La mayoría de los menores y de los adultos han cursado la Educación Primaria.

Todos los menores detenidos no se benefician de programas de escolarización. Algunas ONG y el Ministerio de Asuntos Sociales organizan cursos para menores, pero solo en algunas prisiones.

Los reclusos pueden tener acceso a la televisión si cuentan con los medios de introducir un televisor, de enchufarlo, de pagar por tener acceso a la televisión o, en su defecto, de pagar para verla.

Los reclusos pueden, en general, practicar su religión.

Algunas prisiones disponen de una capellanía. No todas las religiones están representadas por un delegado religioso.

Las asociaciones religiosas reconocidas intervienen en las cárceles los días de culto.

Los reclusos de confesión musulmana se ven a menudo relacionados con miembros del grupo armado Boko Haram, principalmente aquellos que practican su religión de manera muy visible. Se les puede percibir en tal caso como predicadores.

Algunos participantes exteriores pueden tener acceso a las prisiones. Estos pertenecen a diferentes organizaciones nacionales o internacionales.

En 2014, la Federación Camerunesa de Fútbol fue a la prisión central de Yaundé para llevar camisetas, medias, pantalones cortos, balones y bebidas.

El Comité Internacional de la Cruz Roja y la Comisión Católica por la Justicia y la Paz tienen acceso a los lugares de detención (enlace en inglés). Las visitas son poco frecuentes.

En el marco de los acuerdos de cooperación con la Unión Europea, se han puesto en marcha varios proyectos en colaboración con algunas ONG:

  • La ONG católica italiana “Centro de Orientación Educativa” (COE) protege los derechos de los reclusos educando al personal penitenciario en Derechos Humanos. También efectúa acciones para preparar la reinserción en las prisiones de Yaundé, Douala, Bafoussam, Garoua, y Mbalmayo.
  • La asociación de Abogados Sin Fronteras interviene para promover el respeto de los estándares mínimos internacionales de Derechos Humanos.
  • La asociación de Refugiados Sin Fronteras se propone mejorar las condiciones de detención.
  • La ONG Seguimiento de Menores en prisión facilita una ayuda jurídica, de materiales y sanitaria a los menores de las prisiones de la capital.

Las familias pueden llevar dinero a sus parientes recluidos.

Los reclusos pueden obtener un empleo en la prisión como portero o cocinero. Dichas profesiones no son oficiales, pero les permiten aumentar su poder y obtener dinero de los otros reclusos.

También pueden desarrollar ciertas actividades (restauración, carpintería, consejo jurídico).

Dentro de la prisión se desarrollan diferentes tipos de tráfico: de alcohol, de cigarrillos, de cánnabis.

La administración tolera la circulación de dinero en efectivo. Existen bancos informales para canalizar el flujo de dinero. Los reclusos se encargan de protegerlo a cambio de una remuneración.

Los indigentes pueden recibir donativos del exterior, así como la ayuda de las ONG.

En marzo de 2015, los detenidos de Garoua protestaron tras el fallecimiento de un prisionero. El recluso falleció asfixiado como consecuencia de la superpoblación de las celdas (enlace en francés). Compartía una celda de cinco plazas con 21 personas.

Los intentos de fuga son frecuentes. Los vigilantes de la prisión de Yaundé son cómplices (enlace en francés) de las fugas a cambio de sobornos.

Las celdas se registran frecuentemente. Se hacen cacheos y no siempre están justificados.

La principal sanción disciplinaria es la reclusión en una celda de aislamiento. Los reclusos pueden ser encadenados (con grilletes en los pies, por ejemplo).

La privación de visitas también es una sanción.

Los prisioneros sufren castigos físicos.

Los reclusos que representan un riesgo elevado para la seguridad colectiva no son separados de los otros prisioneros (enlace en francés).