En 2015 Camerún contaba con 79 centros penitenciarios en funcionamiento ¹ que totalizaban una capacidad de acogida de 17 815 plazas:

• 10 prisiones centrales (en las capitales de región).
• 50 prisiones principales (en las capitales de departamento).
• 19 prisiones secundarias (en las cabezas de distrito).

Las prisiones secundarias se encuentran situadas en zonas rurales, mientras que el resto se sitúan en las ciudades o en la periferia de las mismas.

Se han construido centros más recientes entre 2011 y 2015. Estos nuevos centros responden a la estrategia 2011-2015 de descongestión (enlace en francés) del Ministerio de Justicia. El Gobierno busca reducir la superpoblación aumentando la capacidad de acogida en lugar de reducir los plazos jurídicos y limitar la prisión preventiva. La reforma del Código Penal, adoptada en 2016, propone alternativas a la reclusión para las personas condenadas hasta un máximo de dos años de prisión: el trabajo comunitario y la reparación material del perjuicio causado a la víctima.

El Estado camerunés ha emprendido obras de construcción y de renovación de prisiones, siete de las cuales se encuentran en fase de realización. En 2015 contaba con nueve proyectos de construcción de nuevos centros. El Gobierno saca a concurso público la construcción de esas nuevas prisiones.

La nueva prisión central de Douala será construida por una empresa china ². Varios edificios han sido previstos en un amplio espacio: un edificio administrativo, tres edificios con celdas para hombres, un edificio de celdas mixtas para hombres y mujeres; un edificio para las cocinas, otro para acoger una iglesia y otro para acoger una mezquita. Dos sistemas electrónicos han sido proyectados. El arquitecto ha previsto una mayor ventilación en comparación a las otras prisiones, un espacio de mayor amplitud para la restauración, un mayor número de retretes y la instalación de duchas en las celdas.

La prisión de Maroua no fue diseñada para acoger ni a mujeres ni a menores. En 2015 se realizaron obras (enlace en francés) para crear un módulo para menores y otro para mujeres. También se llevó a cabo la construcción de un pabellón de alta seguridad. La prisión se dotó igualmente de una torre de agua y de un grupo electrógeno.

Ningún centro penitenciario camerunés se encuentra administrado por una colaboración conjunta del sector público y del sector privado.

En 2014, el número de agentes de la administración penitenciaria era de 2720, de los cuales 619 eran mujeres, lo que representa una media de un guardia por cada nueve reclusos. Según la administración penitenciaria, se necesitaría un vigilante por cada cinco detenidos.

Los agentes cursan estudios en la Escuela Nacional de la administración penitenciaria de Buea. El programa de formación no hace hincapié en la importancia del respeto de los Derechos Humanos (enlace en francés).

Las condiciones de trabajo, los salarios y los requisitos para lograr un ascenso son objeto de reclamaciones y de huelgas desde hace más de diez años.

Las duras condiciones laborales y la falta de medios lleva a los vigilantes a delegar sus tareas en algunos prisioneros.

Los agentes se dejan corromper fácilmente con sobornos y consienten tratamientos especiales a ciertas personas detenidas. Esto permite a algunos reclusos obtener una cama, un permiso de salida o ser transferidos a un pabellón menos superpoblado. Por el contrario, aquellos que no tienen dinero se encuentran a veces recluidos incluso después de haber cumplido su condena (enlace en inglés).

El personal médico se encuentra bajo la tutela del Ministerio de Justicia (ver sección “Salud”).