Población específica

La Comisión penitenciara del Ministerio de Justicia (en adelante, “la Comisión”) contabilizó 3 110 reclusos a finales de 2014 (últimos datos disponibles), entre ellos, 2 500 se encontraban en tres establecimientos penitenciarios.

La sobrepoblación varía de un establecimiento a otro, así como sus efectos sobre las condiciones de vida. Algunas prisiones alojan a diez personas por cada seis plazas; otras, más grandes, están particularmente afectadas por el hacinamiento, como lo son las prisiones de máxima seguridad de las siete capitales administrativas (Boké, Faranah, Kankan, Kindia, Labé, Mamou, Nzérékoré y Conakry). El establecimiento de Conakry, construido para 300 personas, alojaba, en 2014, a 1396 reclusos (el 40 % de la población carcelaria del país): la tasa de hacinamiento alcanza casi el 400 %. Cerca de la mitad de los reclusos duermen amontonados en grupos de 50 en celdas de 6 m2.

El recurso sistemático a la prisión preventiva y la irregularidad de las vistas judiciales son las dos causas principales de hacinamiento.

Según las últimas cifras publicadas por la administración penitenciaria, los preventivos representaban aproximadamente el 65 % de la población carcelaria en 2013. No se separa a los preventivos de los penados debido a la falta de espacio.

En el mejor de los casos, los menores y las mujeres tienen celdas reservadas.

Preventivos

65 %

En diciembre de 2014, la Comisión contabilizó 116 mujeres detenidas, entre ellas, el 43 % se encuentra en la prisión de máxima seguridad de Conakry. Los principales delitos son el robo y la prostitución.

Las mujeres están alojadas en celdas separadas de los hombres. Sin embargo, los espacios comunes y los baños son compartidos.

No existe ninguna medida no privativa de libertad para las mujeres embarazadas o con hijos de temprana edad.

Los partos tienen lugar dentro de las prisiones y son asistidos por un enfermero o un médico de guardia. Los hijos permanecen en prisión con sus madres hasta el momento de su liberación o hasta que un familiar acepte su custodia.

Mujeres reclusas

3,7 %

La Comisión contabilizó 196 menores en 2014. Los principales delitos cometidos por los menores son el robo, el homicidio y el tráfico de drogas.

No existe ningún establecimiento penitenciario especializado para menores en Guinea. El módulo para menores de la prisión de Kindia es utilizado como almacén después de un intento de fuga en 2009. La celda para menores de la prisión de Mamou está inutilizada después de una fuga masiva en 2014. La prisión de Conakry dispone de un pabellón para menores, al que los adultos acceden sobornando al personal. Este módulo dispone de literas de hierro sin colchón. Los menores asignados a las camas superiores se ven obligados a dormir en el suelo cuando hace calor, ya que el techo de chapa se recalienta durante el día.

En las prisiones de Dubréka, Forécariah, Coyah y Boké en Baja Guinea, y Pita, Lélouma y Dalaba en Guinea Media, los menores y los adultos ocupan los mismos pabellones e incluso las mismas celdas. En algunas ocasiones, el hecho de mezclarse con los adultos resulta positivo para los menores que pueden reunirse con miembros de su familia y beneficiar de cierta protección. Sin embargo, se han denunciado casos de explotación de menores, sobre todo en lo que respecta a la distribución de las tareas.

Menores bajo custodia del Estado

6,3 %

En diciembre de 2014, la Comisión contó 83 reclusos de nacionalidad extranjera en Guinea, entre ellos, el 62% (52) se encuentra en la prisión de máxima seguridad de Conakry.

La mayoría de reclusos extranjeros son originarios de Sierra Leona, Liberia o Costa de Marfil. Los delitos más recurrentes son el tráfico de drogas, el tráfico de diamantes, la delincuencia organizada a gran escala, el robo y el asesinato.

En teoría, la residencia o estancia irregular dentro del país es un motivo de encarcelamiento. Sin embargo, en la práctica, las fronteras guineanas son muy permeables: es posible vivir irregularmente en el país durante 20 años sin ser arrestado.

Extranjeros reclusos

0,02 %

El artículo 325 del Código Penal criminaliza las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y las castiga con una pena de prisión de entre seis meses y tres años. Si el acto se ha cometido con una persona menor de 21 años, se aplica la cadena perpetua.

Según Amnistía Internacional, al menos tres personas fueron detenidas en 2015 debido a su orientación sexual. Dos de ellas fueron arrestadas el 22 de abril y condenadas a tres meses de prisión por el tribunal de Mafanco.

Jean Bergara, sindicalista, fue detenido en su domicilio el 4 de octubre de 2015 sin ninguna orden de arresto. Sekou Kourouma, Souleymane Diallo y Sekou Kouyate fueron arrestados al día siguiente, durante una manifestación pacífica en Conakry, que reclamaba la liberación del secretario general de su sindicato. El 8 de octubre, las cuatro personas fueron acusadas de insulto y difamación del Jefe de Estado, y esperan su juicio en 2016. Amnistía Internacional los considera presos de opinión.

El informe del ACNUDH publicado en 2014 contabiliza 37 reclusos con trastornos mentales. La administración penitenciaria no ofrece ningún tratamiento o asistencia adecuada.