Testimonio

Francia: como un simple espectador

La reclusión, un período de impotencia

< image © Valentin Lombardi.

En abril de 2019, Ryan*1 fue encarcelado en Fresnes, donde pasó 14 meses. Hoy nos habla su arresto ante la mirada de su hija, de cuatro años en aquella época, la tristeza de las visitas, la dificultad de estar lejos, de sentirse impotente e inútil. Ryan trae de nuevo a su memoria los recuerdos de esa época, convencido de que en ningún caso el riesgo valió la pena.

— Este testimonio forma parte del dossier Unidos dentro y fuera.

  1. Se ha modificado el nombre para preservar el anonimato de la persona. 

Mi hija no decía una sola palabra, quedó como muda. Intenté estrecharla entre mis brazos, pero sus brazos no se despegaron de su cuerpo.

En medio de la noche, me vino a ver a la cama gritando de alegría y repitiendo “¡papá, has vuelto”