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Vida cotidiana

Cien de las 180 cárceles visitadas por la UHRC en 2014 proporcionaban tres comidas diarias a los presos (55.5 %). El suministro de agua potable es escaso y no responde a las necesidades de los reclusos, sobre todo, las de aquellos que deben trabajar durante largas horas en los campos de cultivo. En las prisiones agrícolas y en las cárceles de las áreas rurales, los reclusos pueden, hasta cierto punto, generar su propio alimento o completar sus raciones con las verduras que se cultivan en los huertos de la prisión. Los katikiros son los responsables de la preparación de las comidas. Sin embargo, a algunos reclusos con influencias a veces se les permite cocinar su propia comida1.

La comida promedio consiste en posho (maíz) y porotos, y el desayuno en crema de avena. En la mayoría de las cárceles ni las mujeres embarazadas ni los prisioneros que realizan tareas arduas tienen raciones extra de comida.

El presupuesto anual de comida para los reclusos es de 23 mil millones de chelines (6 621 470 USD), a pesar de que debiera ser de 50 mil millones (14 394 500 USD), según Simón Kimono del Servicio de Prisiones de Uganda2.


  1. La cocina en la prisión de Luzira” en NTV, 03/10/2014 

  2. 28000 presos pasan las noches de pie” en Daily Monitor, 28/08/2015 

La mayoría de las cárceles carecen de instalaciones sanitarias apropiadas. En 27 establecimientos, los reclusos tienen que usar cubos plásticos durante las noches. Los cubos se usan durante el día y la noche en 22 cárceles. La Comisión de Derechos Humanos de Uganda (UHRC) ha criticado este “Sistema” en varias ocasiones, calificándolo de “antihigiénico y deshumanizante 1. El vocero del UPS, Frank Baine, afirmó que los sistemas sanitarios estarían instalados a finales de 2016.

Los reclusos están autorizados a bañarse una vez al día.

La limpieza es llevada a cabo por los reclusos bajo supervisión del personal penitenciario.


  1. Comisión de derechos humanos de Uganda, “UHRC Informe Anual Nro.18”, 2015 

El UPS es el responsable de la atención sanitaria de los reclusos.

Según el informe de la UHCR de 2015, 140 cárceles brindaban asistencia médica in situ. En la prisión de Luzira (Kampala), algunos internos reciben formaciones para ser asistentes de enfermería y pueden administrar medicamentos a los pacientes. El objetivo de esta iniciativa es paliar la falta de médicos, ya que cerca del 65 % de las posiciones están vacantes. Los establecimientos penitenciarios que no disponen de una enfermería pueden ofrecer un acceso a los centros públicos de asistencia médica. Los reclusos también pueden recibir atención médica privada si tienen los medios para pagarla.

La prevalencia del HIV y de la tuberculosis en las cárceles de Uganda es elevada. Según la UHRC, en 2015, los internos con HIV/Sida pudieron acceder a un tratamiento antirretroviral en 87 cárceles. El observatorio de Derechos Humanos informó que “a pesar de que la actividad sexual entre los reclusos hombres es de conocimiento de las autoridades de la prisión, los condones se encuentran universalmente prohibidos porque la conducta sexual consensuada entre las personas del mismo sexo es un delito”.

La sobrepoblación y la mala ventilación dentro de las celdas aumentan el riesgo de transmisión de tuberculosis; se cree que su prevalencia es dos veces superior en la población carcelaria que en la población general, que ya es una de las más altas del mundo. Un artículo publicado por Voa News revela que a menudo los tratamientos contra la tuberculosis no se completan. Esto ha generado una mutación resistente a múltiples medicamentos que puede alcanzar un índice de mortalidad del 80 %. El Dr. James Kisambu, jefe de servicios de salud de las prisiones, recomienda la creación de un centro específico de tratamiento dentro del hospital Murchison Bay (Prisión de Luzira). El Dr. Kisambu advierte que esta enfermedad puede transmitirse a los guardias y luego a las comunidades.

Las cárceles locales no ofrecen atención psiquiátrica, solo se puede acceder a ella en el establecimiento Murchison Bay. Sin embargo, no se proporciona psicoterapia. Los medicamentos son prescritos por psiquiatras visitantes y administrados por otros presos. De acuerdo con el observatorio de Derechos Humanos “los presos con enfermedades mentales en algunas cárceles simplemente son aislados en celdas de castigo sin recibir tratamiento”.

Un artículo publicado por The Guardian cuenta la historia de Moses, quien “entre otras tareas, también es un guardia, personalmente responsable del cuidado de dos docenas de pacientes psiquiátricos, que son los más vulnerables de la cárcel. Él se encarga de vigilarlos, administrar sus medicamentos y organizar las salidas al patio”.

Penal Reform International y la FHRI señalan que el consumo de droga es cada vez más considerable, lo que puede engendrar otro tipo de problemas si la administración penitenciaria no implementa programas para tratar la drogodependencia 1.


  1. Reforma Penal Internacional y Fundación para la iniciativa de los derechos humanos “Quienes son las mujeres prisioneras? Resultados de la encuesta de Uganda”, 2015 

Las actividades suelen variar considerablemente entre la Cárcel de Máxima Seguridad Luzira en Kampala y las otras cárceles.1. Algunos establecimientos proponen actividades de rehabilitación tales como cursos académicos, de música, de danza o teatro, y entrenamiento vocacional.

Luzira es conocida por su liga de fútbol de prisión que imita a la de Europa. Algunos de los grupos representados son Liverpool, Manchester United, Chelsea, Arsenal y Barcelona. Cada equipo tiene 20 jugadores. La Asociación Superior de Deportes de Prisión es la entidad a cargo de acordonar los partidos y es manejada por los mismos reclusos. Debido a su calidad, el fútbol de Luzira ha atraído la atención internacional 2 3.

A pesar de que el trabajo forzado está prohibido por ley, este no se menciona expresamente. El único caso en que es ilegal es cuando los reclusos son contratados por una empresa privada.

De las 31 cárceles que visitó la FHRI en 2015, 23 forzaban a los presos a trabajar. De acuerdo con un informe publicado por el Observatorio de Derechos Humanos, “un sistema brutal de trabajo obligatorio opera a lo largo del país en las cárceles rurales. Miles de reclusos, preventivos o condenados, son forzados a realizar tareas arduas—cosecha de cultivos, despejar campos—día a día”1.

Radio Network informó, en febrero de 2015, que los internos pasaban diez horas diarias cavando zanjas para la construcción de un sistema de drenado en la municipalidad de Masaka, contratados por una firma china que, en principio, había acordado reclutar ciudadanos desempleados y pagarles cuatro veces más de lo que le pagaban a los reclusos.

En junio de 2016, el Comisionado General de Cárceles, Johnson Byabashaija, instó al Gobierno de Uganda a pagar salarios decentes a los reclusos.


  1. Observatorio de Derechos Humanos, “Vida Dura en las cárceles de Uganda”, 14/07/2011 

La mayoría de las cárceles ofrecen formaciones académicas y entrenamiento profesional; algunos reclusos forman parte del personal de enseñanza. En Luzira, los programas van desde alfabetización básica a diplomas de secundaria, formación vocacional (sastrería y carpintería) y títulos universitarios en Derecho de la Mutessa Royal University y de la Universidad de Londres1.

El informe de la UHRC de 2014 mostró que “706 presos beneficiaron de los programas de aprendizaje funcional para adultos; 2 295 beneficiaron de los programas de educación formal; 1 959 se inscribieron en habilidades vocacionales, y 1 054 adquirieron conocimientos en prácticas agrícolas modernas, albañilería y carpintería.”

Los presos no están obligados a inscribirse en formaciones académicas o profesiones. Pero por lo general dan el paso cuando ven a sus compañeros progresar y cambiar sus vidas. La tasa de reincidencia en el Sistema penitenciario de Uganda se estima en alrededor del 30 %, la más baja del continente africano.

Los reclusos tienen acceso a los medios de comunicación más comunes, como la televisión y la radio. También pueden acceder a diarios y revistas, pero deben pagar por ellos. Internet no está disponible.

Algunas cárceles tienen estaciones de radio internas o diarios administrados por los reclusos.

Los periodistas y los equipos de televisión tienen acceso a los establecimientos y pueden interrogar a los reclusos sin mayores restricciones.

Uganda ha implementado una política de puertas abiertas desde hace más de 15 años. Las organizaciones internacionales han sido invitadas a acercarse, evaluar el funcionamiento de las cárceles e invertir fondos para mejorar el sistema penitenciario. Sin embargo, todos los participantes externos deben obtener una autorización antes de ingresar a la prisión.

Según The Guardian, el progreso en cuanto a las condiciones de vida en Luzira se obtuvieron gracias al apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) y de las agencias de desarrollo sueco. El artículo también explica que “Entre todos inculcaron una cultura de la prisión híbrida que trazaba los conceptos occidentales de derechos humanos y de rehabilitación individual, nociones cristianas de redención y perdón y condiciones africanas de colectivismo y justicia restitutiva” 1.

African Prison Project (APP), una ONG británica ubicada en Kampala, desarrolla varios proyectos, como la construcción de un centro de salud de dos niveles en la prisión principal de Gulu, la provisión de educación de nivel universitario en Luzira, a través de un acuerdo con la University of London, la instalación de energía sustentable dentro de las cárceles, la construcción de nuevas bibliotecas, entre otros.

Penal Reform International (PRI) abrió una nueva oficina regional, en Kampala, para la región subsahariana de África. La intervención de esta organización se ha enfocado en la promoción de alternativas al encarcelamiento, la mejora de las condiciones de vida en prisión, la justicia para los menores y la igualdad de género para las mujeres en el sistema criminal de justicia 2.


  1. La cárcel en la que los homicidas juegan para el Manchester United” en The Guardian, 28/05/2015 

  2. Reforma Penal Internacional, “PRI abre nueva oficina en Kampala, Uganda”,16/01/2016 

Los reclusos raramente reciben un pago por su trabajo y si lo reciben, la compensación es baja. No hay cajas de ahorro dentro de las cárceles pero los empleados suelen llevar un registro de los ingresos de los internos en un libro. Pueden usar sus ingresos para comprar productos básicos dentro de la cárcel, como alimentos, productos higiénicos o tarjetas de teléfono.

Algunos reclusos que no tienen ingresos reciben donaciones de sus parientes o de organizaciones humanitarias para cubrir las necesidades básicas.

La Comisión de Derechos Humanos de Uganda (UHRC) tiene un comisionado general de prisiones, a cargo de la investigación de las demandas de los reclusos, de las muertes en prisión, y de la mediación en casos de conflictos.

La administración penitenciaria organiza reuniones regulares entre presos, líderes de prisión (katikkiros) y empleados para que discutan sus problemas y presenten sus demandas sin censura. Los internos también pueden comunicar con sus capellanes de prisión, educadores y voluntarios.