Testimonio

Suiza: "los gritos de la noche"

George, en espera de juicio durante 12 meses en la prisión de Fribourg, nos cuenta cómo transcurre un día en prisión.

// Serie “Un día en prisión”

En prisión, los días se suceden pero no siempre son iguales. Las condiciones de reclusión, el ritmo de las jornadas, la posibilidad de recibir visitas, alimentarse, recibir tratamiento médico o acceder a una defensa, varían considerablemente de una prisión a otra o de un país al otro. Prison Insider publica testimonios de personas que viven o han vivido la prisión y que pueden dar a conocer estas situaciones. Esta serie de testimonios “Un día en prisión” refleja con palabras las diversas realidades del encarcelamiento alrededor del mundo.

George, en espera de juicio durante 12 meses en la prisión de Fribourg, nos cuenta cómo transcurre un día en prisión.


A LAS SIETE DE LA MAÑANA las puertas blindadas se abren; el guardia dice: “buenos días, ¿leche o café?” Así comienza el día, al igual que comienzan todos los demás. Una vez que hemos tomado el café, las puertas se cierran de nuevo. Todos los días, a las ocho de la mañana, nos entregan los productos de limpieza y tenemos una hora para limpiar la celda. Durante esa hora, también debemos tomar una ducha. A las nueve, todo el mundo regresa a su celda y el guardia cierra la puerta hasta la hora de la “salida”, prevista entre las diez y las once, en un espacio de 20 m x 10 m. Es el único momento en el que podemos ver a otras personas y hablar un poco, ya que todas las celdas son individuales.

Ver a las personas del exterior, las únicas que no te han abandonado en estos momentos.

Un día en prisión

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