Investigaciones

Búsqueda de la libertad para unos, reconquista de la libertad para otros. Migrantes y reclusos suelen compartir la misma experiencia: la privación de libertad. Las rutas migratorias se entrecruzan, cada vez más, con muros, barreras, centros de internamiento de extranjeros, e incluso con prisiones. Prison Insider ha hecho del encarcelamiento el núcleo de su misión y el tema principal de sus publicaciones.

Otros lugares, los mismos males: en cualquier lugar del mundo, el encierro destruye, aísla y maltrata. Así ocurre en las estaciones de Policía, los centros de internamiento de extranjeros o en los campamentos.

En Marruecos, aquellos que intentan llegar ilegalmente al continente europeo suelen terminar su viaje entre cuatro paredes, incluso antes de cruzar. Lo que con frecuencia se presenta como una “crisis migratoria” es la suma de muchas trayectorias personales, a menudo dramáticas, que se detienen en seco. Prison Insider da nuevamente un paso al frente para informar sobre estas historias que, de una u otra manera, conviven con la prisión. Camille Grange, periodista independiente, escribe este artículo para Prison Insider desde el lugar de los hechos.

El informe fue producido como parte de “Frame, Voice, Report!” y financiado por la Unión Europea.
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Si te detienen en Tánger, podrían llevarte a Rabat. Si te detienen en Rabat, podrías ir a parar a Tiznit, Beni Mellal, incluso a Marrakech o cerca del Sáhara Occidental.

“Algunos pasaron dos meses allí. De comer, solo les daban pan: uno al día”

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Bajo vigilancia

Ni el Alto Comisionado para los Refugiados, ni Human Rights Watch, ni la Organización Internacional para las Migraciones, ni la Delegación Europea en Marruecos, ni el Delegado del Ministerio ante el ministro de Asuntos Exteriores, ni la Embajada de Estados Unidos en Marruecos, ni la Dirección General de Seguridad Nacional, ni la aerolínea Royal Air Maroc respondieron a nuestras preguntas. “La detención no es un tema con el que las instituciones se sienten cómodas, son situaciones en las que hay mucha negociación, caso por caso, y el margen de maniobra es tanto más limitado cuando se hace público. Las situaciones de detención tampoco se formalizan (…), pero desde el momento en que una institución habla de ello, lo oficializa y se opone a las prácticas del Ministerio del Interior”, explica Yassine, miembro de una institución marroquí que pidió anonimato. Los testigos institucionales reunidos en Rabat y Casablanca también lo hicieron, algunos se negaron a ser registrados. En el transcurso de las reuniones, se sucedieron discursos matizados, casi memorizados, además de llamados a la cautela. “Sabes, estamos bajo vigilancia. Lo mismo te pasará a ti cuando salgas de esta oficina, si no es que ya lo estás ahora”, nos advierten.

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