Vida cotidiana

Todas las personas privadas de libertad pasan al menos una hora diaria al aire libre

no

Los internos pueden realizar hasta media hora de ejercicio físico al aire libre todos los días, salvo los fines de semana.

La administración penitenciaria propone actividades a los reclusos

Un número limitado de condenados tiene permitido asistir a las actividades propuestas por distintos clubes, por lo general organizadas por las autoridades del centro.
Según la administración, a los internos se les brinda una orientación especial para que asuman la responsabilidad de sus delitos y adquieran el conocimiento y el estilo de vida necesario para adaptarse a la vida en sociedad. Este tipo de asesoramiento no solo pretende ayudar a los internos a que superen su adicción a las drogas y abandonen los grupos de crimen organizado, sino que también busca prevenir la reincidencia de los delincuentes sexuales, educarlos desde el punto de vista de la víctima y orientarlos para encontrar trabajo.

Existen áreas específicas para las actividades físicas y deportivas

-

Cada centro que albergue a internos penados dispone de alrededor un día al año dedicado al deporte.

Los establecimientos penitenciarios cuentan con una biblioteca

La rutina de un día típico comienza con el llamado de lista a las 6:45 de la mañana, seguido del desayuno. Después del desayuno, los reclusos penados se ponen sus ropas de trabajo y se dirigen desde sus celdas a los talleres de la cárcel. En ese momento, se realiza una inspección corporal para verificar el estado de salud de los internos y asegurarse de que no se haya producido ningún tráfico ilegal de contrabando. Después de acceder a los talleres, los internos hacen algo de ejercicio físico y se les comunica sus tareas para ese día.
Desde las seis de la tarde hasta las nueve de la noche, los internos disponen de tiempo libre para dormir, relajarse, ver la televisión, escuchar la radio, escribir cartas, etc. Solo tienen permitido hablar a determinadas horas del día: por lo general durante un breve periodo antes de que se apaguen las luces, durante el tiempo dedicado al ejercicio y los descansos. Carteles en los talleres y en los baños recuerdan a los internos que, con el fin de mantener la disciplina, está prohibido hablar mientras estén trabajando, comiendo o duchándose. Hablar fuera de momentos predefinidos conlleva un castigo. Además, los internos deben pedir permiso para usar los aseos.

Leer todos los testimonios de personas detenidas en Japón.

El trabajo es obligatorio

Más del 90% de la población carcelaria japonesa trabaja, ya sea en el mantenimiento de la cárcel o como contratistas para empresas privadas.

Número y porcentaje de reclusos que trabaja

90 %

Evolución del número de reclusos que trabaja

no

Según la administración, el trabajo carcelario que se les impone a los condenados está organizado de manera tal a que mejore su reintegración en la sociedad, aportándoles no solo un conocimiento vocacional y habilidades, sino también la salud física y mental y el deseo de trabajar.

Previamente se realiza un examen médico de aptitud para el trabajo.

Tras la evaluación de las habilidades de los reclusos, se les asigna a una fábrica: puede tratarse desde una fábrica de marroquinería hasta una de juguetes, de componentes eléctricos o de otro tipo.

Existe un número máximo de horas de trabajo por día y semana, con al menos un día de descanso

Por lo general los internos trabajan ocho horas al día a partir de las ocho de la mañana y de lunes a viernes. Disponen de tres descansos, incluido uno para el almuerzo.

Los reclusos reciben un salario por su trabajo

Los internos que trabajan reciben un incentivo económico a modo de remuneración (la paga media es de menos de 5 000 yenes, o sea 32 euros). Los reclusos pueden gastar una parte de dicha remuneración en la compra de productos que venden los proveedores preseleccionados. La cantidad restante se les entregará al momento de su excarcelación.
La remuneración puede serles reducida como medio de castigo.
Los internos que no pueden trabajar porque están enfermos, sufren de algún tipo de trastorno o por alguna otra razón (como castigos continuados), no reciben remuneración alguna.

Los salarios son

muy por debajo del salario mínimo

Por el trabajo realizado, los reclusos reciben una gratificación a modo de incentivo. No obstante, la paga es muy baja: reciben una remuneración mensual media de 5000 yenes, o sea 32 euros.

La formación académica se imparte

en algunos establecimientos

La institución penitenciaria puede ayudarles con cursos escolares de enseñanza básica, media y superior.

Todos los reclusos tienen acceso a la formación académica

no

La elegibilidad de los internos para su escolarización o para su formación profesional se evalúa de manera estricta.
Existen días de estudio regulares durante los cuales los internos no trabajan en las fábricas.

Los reclusos pueden mantenerse informados con regularidad de los asuntos públicos

Los reclusos tienen acceso a la televisión

Por lo general, los penados pueden ver la televisión durante un periodo de tiempo limitado pero no pueden elegir el canal. Los internos en el corredor de la muerte solo tienen un acceso limitado a programas pregrabados.

Los reclusos tienen acceso a la radio

Unas cuantas prisiones ofrecen programas de radio dedicados a los internos. Algunas cárceles publican revistas literarias editadas por los propios reclusos.

Los reclusos tienen acceso a la prensa

Cada recluso dispone de 15 minutos al día para leer el periódico.

Los reclusos pueden practicar libremente su religión y seguir su filosofía

en la mayoría de los casos

La ley tiene en cuenta la diversidad de las prácticas religiosas dentro de las cárceles, siempre y cuando dichas actividades no interfieran con la gestión de la cárcel.
Algunos reclusos se quejan de que los ritos religiosos no están permitidos.

Existen lugares específicos para el ejercicio del culto

en la mayoría de los establecimientos

Es frecuente que la cárcel disponga de una o más salas para usos religiosos. Estos espacios los utilizan a menudo los capellanes visitantes para dar sus sermones.

Los reclusos pueden tener acceso a un representante de su religión

Algunas organizaciones o personas externas están autorizadas a intervenir en las prisiones

Las autorizaciones para la intervención de los actores externos las emite

la gestión del establecimiento

En algunos centros, participantes externos como poetas o cuentacuentos profesionales, organizan programas para los penados. Ciertas organizaciones del exterior, como el Centro para la Rehabilitación de la Toxicomanía (DARC, por sus siglas en inglés), ofrecen programas para los condenados con problemas específicos.
La Federación Japonesa de Colegios de Abogados creó el Sistema de Abogados de Oficio en colaboración con los colegios de abogados de todo el país. Bajo este sistema, no hace falta que los detenidos tengan un abogado con antelación. En la comisaría de policía, pueden solicitar a los agentes de policía que les pongan en contacto con el abogado de oficio (toban bengoshi, en japonés). La policía o el tribunal contactará con el colegio de abogados local más cercano y les enviará un abogado. Dicho servicio no tiene coste la primera vez que se recurre a él.
Se le permite el acceso a los centros a un número cada vez mayor de participantes externos que se implican en la realización de diversas actividades. A pesar de esto, su número sigue siendo muy limitado.

Los reclusos están autorizados a disponer de medios económicos

Los medios económicos están disponibles

en efectivo

Les personnes prévenues et les condamnées peuvent recevoir de l’argent en espèce, en yens japonais, dans les postes de polices et les établissements pénitentiaires. Leur famille et leurs amis peuvent déposer l’argent directement à l’établissement. L’assistance d’un bureau local est parfois requise en cas d’envoi d’argent depuis l’étranger.

Los reclusos indigentes reciben una ayuda financiera o en especie

no