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Relaciones con el exterior

En promedio, una persona en régimen de prisión preventiva debe esperar de tres semanas a un mes para contactar con sus familiares.

Las visitas dependen del estatus del recluso, según el sistema de jerarquía puesto en práctica dentro de la prisión (ver población reclusa). Básicamente, las condiciones se definen de acuerdo a la nacionalidad: los palestinos, por ejemplo, tienen horarios de visita restringidos y deben permanecer a un metro de distancia de sus visitantes, mientras que los libaneses pueden tener contacto físico con sus allegados a través de los barrotes 1.

Dentro de los establecimientos penitenciarios no se autorizan las llamadas telefónicas. Los reclusos deben recurrir a la corrupción o arreglárselas con los senior prisoners (ver población reclusa) para realizar una llamada, incluso para contactar con su abogado 1.

Los reclusos no tienen acceso al reglamento interno de la prisión y no se les informa sobre sus derechos.

En teoría, los reclusos pueden denunciar a los funcionarios por malos tratos. Las quejas deben formularse personalmente, vía telefónica, a través de la oficina del fiscal general, o mediante un intermediario. En la práctica, no existe ningún sistema de seguimiento de las denuncias y la policía desestima a menudo las quejas formuladas, argumentando que no existen pruebas suficientes 1.

El Líbano ratificó la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y las Penas o Tratos Crueles Inhumanos o Degradantes en el año 2000, y se adhirió al Protocolo Facultativo (OPCAT) en 2008, comprometiéndose a crear un mecanismo nacional de prevención en el curso de ese mismo año. El país no respetó dicho plazo, debido al estancamiento de su planteamiento político y legislativo.

El parlamento se reunió en octubre de 2016 y creó la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que ejerce como mecanismo nacional de prevención de la tortura 1. Esta comisión podrá visitar los lugares de reclusión para investigar los casos de tortura y formular recomendaciones en aras de mejorar el trato que reciben los reclusos.


  1. Human Rights Watch, “Nueva legislación un paso más hacia el fin de la tortura”, 28 de octubre de 2016 (en inglés).