
Francia
Capital — París
Población del país
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i01/01/2024Tipo de Gobierno
Índice de desarrollo humano
Tasa de homicidio (por 100 000 habitant…
Nombre del ministerio responsable de la…
Número de personas privadas de libertad
i01/01/2024Duración media de encarcelamiento (en m…
i2022/ Consejo de Europa, SPACE I - Informe 2023, tabla 31.Tasa de ocupación
i01/01/2024Número total de establecimientos
i2021/ administración penitenciariaSe ha creado un MNP
Reclusas
i01/01/2024Menores reclusos
i01/01/2024Porcentaje de personas en prisión preve…
i01/01/2024Se ha abolido la pena de muerte
Prison Life Index
Las evaluaciones miden las violaciones de los derechos de las personas privadas de libertad por parte del Estado. Estas se basan en un exhaustivo trabajo de investigación documental y en la apreciación de especialistas. Por favor, consulte la metodología para conocer cómo se colecta, clasifica y calcula el Prison Life Index.
Los datos y las cifras relativas a Francia se recolectaron entre julio y octubre de 2024.
Comer, dormir, ducharse
Alimentación
Las personas privadas de libertad tienen acceso al agua potable
Las personas privadas de libertad tienen acceso a la alimentación
Las personas privadas de libertad tienen acceso al agua potable en sus celdas. En varias ocasiones, se han registrado cortes en el servicio, como, por ejemplo, en la prisión de mujeres de Rennes, durante el verano de 2023.
La administración penitenciaria debe suministrar a las personas privadas de libertad “una alimentación variada, bien preparada y servida” (artículo R323-1 del Código Penitenciario). En la práctica, los alimentos son de mala calidad y las raciones insuficientes. La administración penitenciaria dedica un presupuesto de alrededor tres euros por comida para cada persona. Durante el día, se distribuye un refrigerio (en la mañana) y dos comidas. Por lo general, la cena se sirve entre las 5:00 p.m. y las 6:30 p.m. La Inspección General de los Lugares de Privación de Libertad (Contrôleur Général des Lieux de Privation de Liberté, CGLPL) informó que, durante una visita al centro penitenciario de Meaux-Chauconin, las personas privadas de libertad expresaron su descontento con la mala calidad de los alimentos y el tamaño de las raciones, que no corresponden a las cantidades reglamentarias.
Alojamiento
Las personas privadas de libertad cuentan con un espacio personal suficiente
Las personas privadas de libertad pueden dormir en buenas condiciones
Las instalaciones están en buen estado, son salubres y adecuadas para todas las personas privadas de libertad
El espacio mínimo por persona no lo establece la ley, sino una circular de 1988.
Los establecimientos penitenciarios del país observan altos niveles de sobrepoblación. Al 1 de septiembre de 2024, la población carcelaria se elevaba a 78 969 personas para una capacidad total de 62 014 plazas. Según la administración penitenciaria, el 46 % de las personas privadas de libertad se encuentran en establecimientos en los que los índices de ocupación superan el 150 %. La sobrepoblación se concentra, en particular, en las cárceles, en las que se aloja a personas en espera de juicio o a personas condenadas a penas inferiores a dos años. Este problema se presenta, principalmente, en los establecimientos de los territorios de ultramar. En septiembre de 2024, la prisión de Majicavo alojaba a 650 personas en 278 plazas.
El hacinamiento que se observa en las celdas impide a muchas personas privadas de libertad disponer de una cama. En septiembre de 2024, la administración penitenciaria informó que 3609 personas dormían en colchones en el suelo, por la falta de espacio.
Los problemas de salubridad en los establecimientos penitenciarios son recurrentes. Tras su visita a las prisiones de Charleville-Mézières y de Faa’a Nuutania, en 2022, y a la prisión de Nantes en 2023, la CGLPL señaló que las instalaciones eran demasiado vetustas. Por otra parte, la sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones denunció las fallas de las instalaciones eléctricas de la prisión de Fonds Sarail (Baie-Mahault).
Las celdas no siempre se ajustan a las condiciones climáticas, incluso en los establecimientos más recientes. En 2019, algunas personas recluidas en la prisión de Beaumettes (Marsella) declararon que las ventanas de aislamiento acústico impedían el paso del aire, lo que hacía que la atmósfera fuera irrespirable en verano.1 En 2024, la asociación Notre affaire à tous (un asunto de todos) reveló que todas las prisiones del país están expuestas a los riesgos climáticos, sobre todo, durante las olas de calor.
Sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones, Guide du prisonnier, 2019, pp. 171-172. ↩
Higiene personal
Las instalaciones sanitarias son adecuadas y permiten a las personas privadas de libertad mantener su higiene personal
Las personas privadas de libertad tienen acceso a artículos de higiene personal
Las personas privadas de libertad reciben ropa
La mayoría de las celdas disponen de sanitarios.1 Sin embargo, en las celdas compartidas, la frecuente falta de una separación entre los sanitarios y el resto del espacio no permite ninguna intimidad. No todas las celdas disponen de duchas y la frecuencia del acceso a las duchas comunes varía en función del reglamento interno de cada establecimiento, así como de la disponibilidad del personal. Las instalaciones se encuentran a menudo en mal estado y degradadas a causa de la humedad y los hongos.2
Al momento de su ingreso en prisión, las personas reciben un kit de higiene personal. No obstante, los productos que se suministran no cubren todas sus necesidades. La distribución de dicho kit solo tiene lugar una vez, salvo para las personas en situación de indigencia.
Recibir atención sanitaria
Marco preventivo
Las personas privadas de libertad se benefician de un programa encaminado a reducir el riesgo de transmisión de enfermedades e infecciones
Las personas privadas de libertad se benefician de programas de divulgación y sensibilización en materia de salud
Se llevan a cabo programas de cribado para detectar las enfermedades contagiosas
Se dispone de material e infraestructuras que limiten el riesgo de transmisión de enfermedades e infecciones
Se organizan campañas de vacunación
Se realiza un reconocimiento médico a las personas que ingresan en prisión
Las unidades sanitarias organizan campañas de sensibilización, como talleres o reuniones de información. En la práctica, la oferta resulta insuficiente debido a la falta de medios humanos. Al momento del reconocimiento médico de ingreso, se proponen pruebas de detección para las enfermedades más prevalentes en prisión, como el VIH o la Hepatitis B o C. 1 El material de prevención de contagio de enfermedades se encuentra disponible en cantidades limitadas y los preservativos, que la administración penitenciaria debe poner a disposición de las personas privadas de libertad, son difícilmente accesibles, ya que estos suelen guardarse en las unidades sanitarias. El argumento de la seguridad se invoca con frecuencia para denegar el acceso al material de consumo seguro, como las jeringuillas.
Sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones, Guide du prisonnier, 2019, p. 339. ↩
Atención médica general
El acceso a la atención médica general es rápido y regular
El personal de salud es profesional e independiente
Las personas privadas de libertad tienen acceso a infraestructuras sanitarias adecuadas
El Ministerio de Salud es responsable de la organización de la atención médica en prisión y del personal sanitario penitenciario.
Cada establecimiento dispone de una unidad médica, conformada por personal sanitario adscrito al hospital del sector. A menudo, estas unidades son demasiado pequeñas y no cuentan con suficiente personal, en particular, en el caso de las prisiones más sobrepobladas. En septiembre de 2023, la prisión de Lyon-Corbas, que alojaba a 1100 personas en ese momento, no contaba con ningún profesional en medicina general, a pesar de que en la unidad médica se atiende a unas 120 personas al día.
Los plazos de espera para las consultas suelen ser largos. En los establecimientos mixtos, la situación es aún más compleja para las mujeres, ya que no pueden acceder a la atención al mismo tiempo que los hombres.
Si bien las unidades médicas disponen de locales cerrados para las consultas, la confidencialidad no siempre se respeta. Las citas médicas programadas al exterior de los establecimientos penitenciarios se anulan con frecuencia, a última hora, por falta de personal para el transporte y acompañamiento.
Solo los establecimientos más grandes cuentan con un servicio médico de guardia. En los demás, el personal de seguridad debe seguir las instrucciones del hospital local, durante la noche y los fines de semana.
Atención en salud mental y dental
El acceso a la atención en salud mental y dental es rápido y regular
El personal de salud mental y dental es profesional e independiente
Las personas privadas de libertad tienen acceso a instalaciones de salud mental y dental adecuadas
La oferta de la atención sanitaria no satisface las necesidades de las personas privadas de libertad, sobre todo, en lo relativo a la salud mental. Las personas expertas consultadas mencionaron que existe una crisis en materia de salud mental, con un alto número de suicidios.
El personal de salud mental y dental es insuficiente. La cantidad de profesionales en psiquiatría, psicología y odontología es restringida; su presencia es irregular y con frecuencia solo intervienen en caso de urgencia. Los plazos de espera para las consultas pueden ser de varios meses.
El acceso a la atención psicológica y dental se enfrenta a varios obstáculos. La sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones (OIP-SF) explicó que “existen diferentes tipos de dificultad en el acceso a la atención especializada, tales como los largos plazos de espera para obtener una cita en la unidad médica o en un centro hospitalario; la anulación de las salidas; el desistimiento de lo-as pacientes, que prefieren renunciar a la atención para evitar las condiciones indignas de la salida, y la imposibilidad de ingresar a los establecimientos el material médico prescrito por los profesionales de la salud”.
Atención sanitaria de las personas con necesidades específicas
Las personas que realizan una transición de género reciben atención adecuada
Las personas de edad avanzada reciben atención médica adecuada
Los menores reciben atención médica adecuada
Las mujeres reciben atención médica adecuada
Las personas con enfermedades infecciosas reciben atención médica adecuada
Las personas con adicciones reciben atención médica adecuada
Las personas con trastornos mentales o enfermedades psiquiátricas reciben atención médica adecuada
Las personas con discapacidad física reciben atención médica adecuada
Existen profundas desigualdades en el acceso a la atención médica, en lo que respecta a las necesidades específicas de las personas privadas de libertad.
Las personas trans, por ejemplo, tienen dificultades para acceder al acompañamiento psicológico y a los procedimientos médicos de afirmación de género, como los tratamientos hormonales y las cirugías de reasignación.1
Las personas privadas de libertad de edad avanzada, cuyo número se ha multiplicado por seis en 25 años, no recibe una atención médica adecuada. El personal sanitario ha puesto de manifiesto las dificultades que existen para obtener los equipos médicos necesarios para los cuidados geriátricos. Las personas de edad avanzada no se benefician de una asistencia especializada en sus celdas, por lo que, a menudo, tienen que solicitar la ayuda de sus compañero-as.
Las mujeres afrontan grandes dificultades para acceder a la atención médica general y especializada; la disponibilidad de los tratamientos ginecológicos varía de manera considerable entre los establecimientos. En 2021, algunas prisiones, como la de Borgo, no proporcionaban atención ginecológica. Las personas que sufren de trastornos mentales suelen alojarse en los módulos generales de las prisiones.
Los 26 Servicios Médicos-Psicológicos Regionales (SMPR) se encargan de la hospitalización ambulatoria de las personas que padecen trastornos mentales. En 2021, estos servicios atendieron al 3 % de la población carcelaria, mientras que un 22 % experimenta sufrimiento psíquico. Los plazos de espera para la admisión en los SMPR suelen ser largos.
Sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones, Guide du prisonnier, 2019, p. 19. ↩
Continuidad de la atención médica
Se garantiza la continuidad de los tratamientos iniciados antes del ingreso en prisión
El ingreso en prisión, se abre un historial médico accesible al paciente
La continuidad de la atención sanitaria es irregular. Si bien los tratamientos de sustitución se siguen suministrando, en principio, se han observado interrupciones, sobre todo, durante los traslados.
Cada persona privada de libertad dispone de un historial médico completo, que, en la práctica, es difícil de consultar. Con frecuencia, se debe enviar una solicitud escrita al hospital de referencia.
Recibir protección
Salvaguardias jurídicas
Las personas privadas de libertad reciben asistencia jurídica
Las personas privadas de libertad pueden informar a una tercera persona de su encarcelamiento, traslado, enfermedad o lesión grave
Se abre un expediente confidencial, completo y actualizado para cada persona privada de libertad
Las personas privadas de libertad tienen acceso al reglamento interno del centro penitenciario en el que se encuentran
Todas las personas privadas de libertad pueden elegir su representante legal o recurrir a la abogacía de oficio. La mayoría de los establecimientos penitenciarios dispone de servicios de acceso al derecho (points d’accès au droit) 1, que ofrecen una asistencia jurídica básica. Sin embargo, las personas especialistas consultadas señalan que la población carcelaria a menudo desconoce la existencia de dichos servicios, así como su derecho a que se le asigne un-a representante legal de oficio, o se les conceda asistencia jurídica gratuita ─en el caso de las personas en situación precaria─.
Las personas privadas de libertad tienen derecho a llamar a un ser querido para informarle sobre su ingreso en prisión o su traslado. La administración les proporciona una tarjeta telefónica prepago, que contiene alrededor de cinco minutos, para las llamadas que se realizan dentro del territorio de Francia metropolitana.2 Las personas expertas consultadas señalan que esta tarjeta no se propone de manera sistemática. Las personas privadas de libertad no siempre pueden informar a sus seres queridos en caso de hospitalización.
Al momento de su ingreso en prisión, se debe informar a las personas sobre las disposiciones relativas a su régimen de vida (artículo L311-1 del Código Penitenciario). En teoría, el reglamento interno del establecimiento se pone a su disposición. En la práctica, sin embargo, solo se les entrega un extracto del texto o se expone una copia, con frecuencia, incompleta y sin actualizar. Por lo general, la versión completa del reglamento interno se encuentra en la biblioteca, pero no siempre es posible consultarla con facilidad.
Integridad física y mental
Existe un marco integral de prevención y protección
El sistema disciplinario que prevé la normativa pública es proporcionado y adecuado
Las personas privadas de libertad de distintas categorías se alojan en establecimientos y módulos separados
Las condiciones de trabajo del personal penitenciario favorecen la seguridad de las personas privadas de libertad
El marco de prevención y protección es efectivo
Se protege la integridad física de las personas privadas de libertad
La disciplina se aplica de manera proporcionada
Las personas privadas de libertad no se someten a tratos crueles, inhumanos o degradantes
El Código Penitenciario rige el sistema disciplinario de las prisiones. Algunas de las personas expertas consultadas señalan que la definición de los comportamientos que constituyen una infracción es imprecisa.
La separación de la población penada y la preventiva no se respeta en las cárceles (maisons d’arrêt), destinadas, en principio, al alojamiento de las personas en espera de juicio y de aquellas condenadas a penas inferiores a dos años. En la práctica, muchos individuos condenados a penas superiores se alojan en estos establecimientos en espera de su traslado. La asignación de las personas a los establecimientos depende del género que figura en sus documentos de identidad. Las personas trans que no hayan modificado su estado civil se envían a prisiones que no corresponden con su identidad de género.1 La cárcel para hombres de Fleury-Mérogis es el único establecimiento que cuenta con un módulo exclusivo para las personas transgénero. No obstante, el régimen de vida en estos locales se asemeja al del aislamiento solitario, en el que las personas solo pueden salir a un patio separado para evitar cualquier interacción con los demás grupos.
La falta de personal afecta el funcionamiento de las prisiones y la seguridad de las personas privadas de libertad. La organización de los establecimientos se basa en su capacidad teórica, sin tener en cuenta la sobrepoblación que se observa en muchos de ellos.
Un informe de 2024 de la sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones puso de manifiesto las considerables diferencias que existen en materia de prácticas disciplinarias. Las personas especialistas consultadas señalaron el frecuente recurso a los cacheos y los registros al desnudo, así como el uso excesivo de la fuerza y el aislamiento prolongado.
En junio de 2024, la Inspección General de los Lugares de Privación de Libertad (CGLPL) publicó algunas recomendaciones urgentes tras su visita a la prisión de Tarbes. Varias personas denunciaron casos de violencia física y psicológica por parte del personal de seguridad. El informe mencionó “un funcionamiento marcado por la arbitrariedad y la violencia”.
En 2023, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó a Francia por las condiciones de reclusión en la prisión de Fresnes, consideradas contrarias al artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. En 2020, el TEDH había condenado al país por condiciones similares en las prisiones de Niza, Nimes, Fresnes, Ducos et Faa’a-Nuutania.
Sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones, Guide du prisonnier, p. 19. ↩
Mecanismos de denuncia, apelación y control
Existen mecanismos de control
La administración penitenciaria central lleva a cabo periódicamente inspecciones internas o administrativas de manera periódica
Existen organismos independientes que realizan inspecciones externas regulares
Los mecanismos de denuncia y apelación son efectivos
En caso de infracción en contra de los derechos de una persona privada de libertad, la respuesta de la institución es efectiva
Las personas privadas de libertad, su defensa o sus familiares pueden presentar una denuncia
La Inspección General de la Justicia y la Dirección de la Administración Penitenciaria tienen facultad para llevar a cabo inspecciones internas. Las personas expertas consultadas subrayan que el funcionamiento de estos organismos no es totalmente transparente y no permite evaluar de manera fiel las condiciones de reclusión.
Francia ratificó el Protocolo Facultativo contra la Tortura en 2008, en virtud del cual se creó la Inspección General de los Lugares de Privación de Libertad, CGLPL, el Mecanismo Nacional de Prevención (MNP). Este último, que cuenta con un equipo pluridisciplinar, tiene facultad para realizar visitas de inspección, anunciadas o no. Tras cada visita, la CGLPL publica un informe en su sitio web. Las personas especialistas consultadas indican que las visitas de inspección no se llevan a cabo con una frecuencia apropiada debido a la falta de recursos de este organismo. En los establecimientos de los territorios de ultramar, solo se programa una visita al año. Pueden pasar nueve años entre dos visitas a un mismo territorio.
No existe un mecanismo de quejas estandardizado y, en algunos establecimientos, las personas pueden depositar sus quejas escritas en un buzón. 1 También es posible utilizar el correo interno del establecimiento, pero este procedimiento no garantiza ninguna confidencialidad. Las cartas que se envían a la CGLPL están protegidas y no se permite a la administración penitenciaria leerlas (artículo D345-10 del Código Penitenciario).
Sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones, Guide du prisonnier, p. 194-195. ↩
Mantenerse en actividad
Trabajo
Todas las personas privadas de libertad pueden acceder a un trabajo
Las personas privadas de libertad que trabajan reciben una remuneración justa y pueden disponer libremente de al menos una parte de ella
Las personas privadas de libertad gozan de condiciones de trabajo adecuadas
Las personas privadas de libertad tienen acceso a una oferta laboral variada, así como a puestos que les permitan adquirir competencias y que no conlleven ningún riesgo o penosidad superior a los del resto de la población
Las personas privadas de libertad, adultas, pueden postular para un empleo. De manera general, la cantidad de puestos disponibles es insuficiente.
Los diferentes trabajos comprenden el servicio general de la prisión (mantenimiento de los locales y demás tareas de funcionamiento) o los talleres, empleados por empresas privadas o por el Servicio de Empleo Penitenciario (Service d’emploi pénitentiaire). Solo 29 de los 185 establecimientos penitenciarios del país disponen de talleres. En 2024, la CGLPL observó que, en la prisión mixta de Draguignan, las mujeres no podían trabajar en los talleres.
La remuneración del trabajo penitenciario no se ajusta al coste de la vida en prisión. Dicha remuneración se calcula con base en un porcentaje del salario mínimo nacional, establecido para la población general: un 45 % para las actividades de producción, y entre un 20 % y un 33 % para las labores de servicio general. En ciertos talleres, se retribuye a las personas privadas de libertad en función de su productividad horaria, pese a que la Ley Penitenciaria de 2009 lo prohíbe. Así pues, es posible que su remuneración sea inferior a los porcentajes fijados.
Formación y educación
Las personas privadas de libertad tienen acceso a formaciones profesionales
Las personas privadas de libertad tienen acceso a la educación
El acceso a la educación y la formación profesional varía de manera significativa de una prisión a otra. La oferta de formación en los establecimientos situados al exterior de las áreas urbanas es más restringida. Una fuente reveló que, por razones administrativas, las personas de nacionalidad extranjera no siempre pueden matricularse en las formaciones profesionales.
Los cursos de formación y de educación los imparten personas cualificadas. Un estudio llevado a cabo en 2021 por Caritas y Emaús Francia señaló que el 6 % de las personas privadas de libertad interrogadas completaban una formación profesional y el 28 % recibía educación escolar.
Las tres cuartas partes de lo-as menores en prisión se alojan en módulos de menores, en los que la educación es insuficiente.
Actividades culturales, deportivas y espirituales
Las personas privadas de libertad pasan al menos una hora diaria al aire libre
Las personas privadas de libertad tienen acceso a actividades recreativas y culturales
Las personas privadas de libertad pueden acceder a una biblioteca
Las personas privadas de libertad pueden participar en actividades recreativas y culturales
Las personas privadas de libertad tienen acceso a actividades físicas y deportivas
Las personas privadas de libertad pueden practicar su espiritualidad
La dirección de la prisión debe permitir a las personas privadas de libertad pasar al menos una hora diaria al aire libre. En 2019, durante su visita a la prisión de Osny, la CGLPL subrayó que las personas tenían que elegir entre salir al patio o ducharse. La configuración de los patios varía de un establecimiento a otro, y algunos de ellos son muy pequeños con respecto a los niveles de ocupación. A menudo, las personas en aislamiento o recluidas en el módulo disciplinario solo pueden salir, solas, a pequeños patios de concreto rodeados de rejas1.
Las actividades culturales y deportivas que se proponen en las prisiones son insuficientes y accesibles a un número restringido de personas 2. En 2023, en la prisión de Bois d’Arcy, solo un cuarto de la población carcelaria participaba en alguna actividad cultural.
Todas las personas privadas de libertad pueden practicar el culto que deseen.3 Los servicios de capellanía que se ofrecen en prisión conciernen siete confesiones: católica, ortodoxa, protestante, judía, musulmana, budista y Testigos de Jehová.4 Existen grandes diferencias en términos de medios, remuneración y número de autorizaciones, en función de los cultos, lo que complica la práctica de algunas religiones en prisión, en particular, la musulmana.
Sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones, Guide du prisonnier, 2019, p. 199. ↩
Sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones, Guide du prisonnier, 2019, p. 226. ↩
Sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones, Guide du prisonnier, 2019, p. 232. ↩
Sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones, Guide du prisonnier, 2019, p. 232. ↩
Mantener los vínculos
Vínculos familiares
Las personas privadas de libertad pueden comunicar por correspondencia escrita con sus seres queridos
Las personas privadas de libertad pueden comunicar por teléfono con sus seres queridos
Las personas privadas de libertad pueden recibir visitas de sus seres queridos
Las personas privadas de libertad pueden obtener permisos de salida para visitar a sus seres queridos
Existen disposiciones para garantizar el interés superior de los niños de las personas privadas de libertad
El marco normativo garantiza a las personas privadas de libertad su derecho a la correspondencia escrita, las llamadas telefónicas, las visitas y los permisos temporales de salida (artículos L345-1, L345-5, L341-1, L4245 del Código Penitenciario). Por lo general, al momento del ingreso en prisión, se distribuye a las personas un “kit de correspondencia” que contiene papel, dos estampillas, sobres y un bolígrafo. Este kit solo se distribuye una vez, salvo para las personas en situación de indigencia, quienes lo reciben una vez al mes. Las personas pueden mantener tanta correspondencia con sus seres queridos como lo deseen. Sin embargo, la dirección de la prisión tiene facultad para leer las cartas. En tal caso, debe existir una justificación y se debe informar a las personas si se decide retener la correspondencia (artículo L345-3 del Código Penitenciario). Algunas fuentes indican que, en ciertos establecimientos, las cartas se controlan de manera sistemática. La mayoría de celdas dispone de teléfonos, excepto las de los módulos disciplinarios o de aislamiento. La gestión y la tarificación de las llamadas se confían a Telio, una empresa privada contratada por la administración penitenciaria. El coste de las llamadas puede ser de hasta 1,25€ por minuto, lo que constituye un obstáculo considerable para las llamadas al extranjero o a los territorios de ultramar. En 2022, la Inspección General de los Lugares de Privación de Libertad observó que las llamadas locales realizadas desde la prisión de Faa’a-Nutania (Polinesia) costaban dos o tres veces más que las llamadas realizadas hacia las regiones metropolitanas.
La población penada puede recibir una visita a la semana, y la preventiva, tres. Debido a la sobrepoblación, muchas personas privadas de libertad se envían a establecimientos alejados de su domicilio habitual. Esta situación afecta en particular a las mujeres, ya que existen menos prisiones o módulos femeninos. Los establecimientos no adoptan las medidas necesarias para facilitar las visitas de los seres queridos que recorren largas distancias.
Las personas privadas de libertad rara vez obtienen permisos temporales de salida. Algunas fuentes indican que la falta de personal para su transporte y acompañamiento impide las autorizaciones por motivos familiares imperiosos, incluso cuando estas las ordena un juzgado.
Vínculos con la sociedad
Las personas privadas de libertad tienen la posibilidad de informarse a través de diversos medios
Las personas privadas de libertad que han conservado su derecho al voto pueden votar
El Código Penitenciario garantiza el acceso a la información (prensa y televisión), pero los servicios no son gratuitos. Por ejemplo, alquilar un televisor para instalarlo en su celda cuesta ocho euros al mes.1. El acceso a canales en idiomas extranjeros es reducido.
Las personas privadas de libertad que han conservado su derecho al sufragio, pueden conceder un poder a otra persona para que vote en su lugar, solicitar un permiso de salida o, desde 2019, votar por correspondencia.
OIP, Guide du prisonnier, 2019, pp. 172-173. ↩