Análisis

La gestión de la pandemia por parte de las autoridades sudafricanas se ha caracterizado por inconsistencias significativas entre las medidas anunciadas y las implementadas. En marzo de 2020, las autoridades anunciaron una serie de medidas que incluían chequeos médicos, confinamiento, distribución de EPI y de desinfectantes. Algunos miembros del personal penitenciario y sanitario, así como reclusos y miembros de la población civil, denunciaron con frecuencia el incumplimiento parcial o total de estas medidas. En varios centros, los trabajadores protestaron por la falta de EPI y afirmaron que el monitoreo de la temperatura de los internos no bastaba para prevenir la propagación del virus . Además, reportaron que la administración no aseguraba el correcto funcionamiento de la prisión, ya que hubo varios cortes de agua durante la pandemia . Las soluciones alternativas que se implementaron, en algunos casos por varias semanas, no permitían el distanciamiento físico . En mayo y julio, el Sindicato de Policías, Sistema Penitenciario y Derechos Civiles (POPCRU) aseguró que las medidas adoptadas por la administración eran insuficientes e inadecuadas para proteger al personal penitenciario, y pidió a sus miembros que dejaran de trabajar si se sentían en riesgo . En julio, el personal médico de la prisión de St. Albans se negó a trabajar por temor al contagio. La gestión de la crisis en las prisiones por parte del Ministerio de Justicia ha recibido abundantes críticas. A inicios de abril, algunos periodistas recolectaron información que demostraba que ninguna de las medidas anunciadas por el Gobierno se había implementado en la vida cotidiana de los centros. Las personas privadas de libertad se quejaron, en repetidas ocasiones, de la falta de información por parte de la administración y expresaron su angustia al respecto. A inicios de junio, varios internos en la región de Pretoria sospechaban que la administración estaba ocultando la magnitud de los contagios. Muchas personas esperaron sus resultados por más de un mes, y algunas se autolesionaron ─quemándose con agua hervida o inyectándose productos de limpieza─ para intentar que las pusieran en aislamiento sanitario. Los medios comunicaron que, como resultado de la desinformación generalizada, el personal penitenciario era objeto de estigmatización en tiendas y espacios públicos.

Prison Insider y el Centro de Estudios Justicia y Sociedad de Chile han planteado un análisis sobre el primer año de la pandemia en las prisiones de once países: Sudáfrica es uno de ellos.

En junio, el Ministerio de Justicia aseguró que más de la mitad de la población carcelaria del país se encontraba a la espera de juicio.

Los internos de la prisión de Potchefstroom incendiaron varios pabellones y pidieron que se les realizara la prueba o se les concediera la libertad.