Análisis

Desde 2003, la República Democrática del Congo mantiene una moratoria de hecho sobre las ejecuciones. Las autoridades no comunican ningún dato relativo a la aplicación de la pena de muerte en el país. En 2019, se identificaron 510 personas condenadas a muerte en unas quince prisiones, muy por encima de las estimaciones de entre 250 a 300 personas efectuadas en ese entonces. Teniendo en cuenta que hay más de 80 centros penitenciarios en el país, el número de condenados a muerte podría ser más alto.
Las condiciones de reclusión de las personas condenadas a muerte son las mismas que las del resto de la población carcelaria: sobrepoblación (a veces de más del 500 %), condiciones sanitarias deplorables y escasez de alimentos y medicamentos. Estas difíciles condiciones de vida afectan la salud física y mental de las personas privadas de libertad, quienes, en su mayoría, están encarceladas en centros penitenciarios alejados; un aislamiento que no solo obstaculiza el mantenimiento de los vínculos familiares, sino también la continuidad de los procesos judiciales.
El sistema penitenciario se considera discriminatorio, arbitrario y corrupto, y se caracteriza por una administración informal de los centros (el mantenimiento del orden y el control de los recursos se confía a ciertos reclusos), así como por numerosas disfuncionalidades judiciales.

Prison Insider recabó información sobre las condiciones de reclusión de las personas condenadas a muerte en nueve países. Descubra lo que sucede en la República Democrática del Congo.

— Los datos recogidos para el presente estudio provienen principalmente del informe Vers une mort en silence, conditions de détention des condamnés à mort en République démocratique du Congo, realizado en 2019 por Carole Berrih y Liévin Ngondji para la organización Ensemble contre la peine de mort (Juntos contra la pena de muerte, ECPM) junto con la organización Cultura por la Paz y la Justicia (Culture pour la Paix et la Justice, CPJ). Las fuentes complementarias se mencionan en cada caso.