Análisis

Mientras en 2015, el país llevó a cabo el 20 % de las ejecuciones en todo el mundo, en 2020 se observó una suspensión de las mismas y un descenso de las condenas. Más de 4000 personas se encuentran hoy en día en espera de ejecución.
Varias personas condenadas a muerte comparten celdas específicas de menos de 8 m2; sus condiciones de vida son precarias y la aparición de enfermedades e infecciones es frecuente (tuberculosis, sarna, problemas gástricos, etc.) debido al hacinamiento. Los reclusos condenados a muerte deben cambiar de celda a diario, permanecer bajo supervisión constante, y solo pueden salir una hora al día, esposados. Una de las pocas actividades que se les autoriza es la formación para obtener un título.
Las personas cuyas sentencias de muerte hayan sido confirmadas por el Tribunal Superior solo pueden comunicarse a través de la rejilla de su puerta. Los guardias monitorean sistemáticamente las visitas de los familiares y abogados, en detrimento de la confidencialidad y la privacidad.

Prison Insider recabó información sobre las condiciones de reclusión de las personas condenadas a muerte en nueve países. Descubra lo que sucede en Pakistán.

— Los datos recogidos para el presente estudio provienen principalmente de contribuciones de la organización Justice Project Pakistan. Las fuentes complementarias se mencionan en cada caso.

Las mujeres pueden vivir con sus hijos en prisión hasta los tres o seis años de edad.