En 2018, Malasia tuvo un cambio de Gobierno por primera vez desde su independencia. El nuevo Gobierno se comprometió a abolir la pena de muerte para todo tipo de delitos, y, desde esa fecha, se ha aplicado una moratoria en las ejecuciones. La presión de los partidos de la oposición y la movilización de la opinión pública, que desaprueba en su mayoría la abolición, ha frenado la iniciativa de las autoridades, y la pena capital sigue siendo obligatoria para varios tipos de delitos. Un nuevo Gobierno llegó al poder en marzo de 2020 y generó incertidumbre en cuanto a las reformas iniciadas por sus antecesores.

Prison Insider recabó información sobre las condiciones de reclusión de las personas condenadas a la pena de muerte en nueve países. Descubra lo que sucede en Malasia.

— Los datos recogidos para el presente informe provienen principalmente del informe Isolement et désespoir : conditions de détention des condamnés à mort en Malaisie realizado en 2020 por Carole Berrih y la organización Ngeow Chow Ying para la organización Ensemble contre la peine de mort, ECPM (Juntos Contra la Pena de Muerte). Las fuentes complementarias se mencionan en cada caso.

La mayoría de estas personas no hablan bahasa malasio y no tienen acceso a un intérprete.

Los condenados a muerte pasan 23 horas al día en su celda y la mayor parte del tiempo permanecen solos.

Los miembros de la familia de los condenados a muerte suelen ser estigmatizados y muchas personas se niegan a relacionarse con ellos.