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Líbano: torturas a personas refugiadas sirias detenidas arbitrariamente por cargos antiterroristas

Las fuerzas de seguridad libanesas han cometido espantosas violaciones de derechos contra personas refugiadas sirias detenidas, en la mayoría de los casos de forma arbitraria, por cargos de terrorismo, y han empleado algunas de las atroces técnicas de tortura que se utilizan en las prisiones más infames de Siria, ha afirmado Amnistía Internacional en un nuevo informe condenatorio publicado hoy.

El informe de Amnistía “I wish I would die”: Syrian refugees detained on terrorism-related charges and tortured in Lebanon, documenta una serie de violaciones cometidas principalmente por el servicio de inteligencia militar libanés contra 26 detenidos y detenidas, que incluyen violaciones del derecho a un juicio justo y torturas, como palizas con barras de metal, cables eléctricos y tuberías de plástico. Las personas afectadas también afirmaron que las habían colgado cabeza abajo o las habían obligado a mantener posturas en tensión durante periodos prolongados.

“Este informe ofrece una panorámica del trato cruel, abusivo y discriminatorio que infligen las autoridades libanesas a refugiadas y refugiados sirios detenidos como sospechosos de cargos terroristas. En muchos casos, personas refugiadas que han huido de la guerra, una represión despiadada y la tortura generalizada se han encontrado detenidas arbitrariamente y recluidas en régimen de incomunicación en Líbano, donde sufren muchos de los mismos horrores que se emplean en las prisiones sirias”, afirmó Marie Forestier, investigadora de Amnistía Internacional sobre derechos de las personas refugiadas y migrantes.

“No hay duda de que los miembros de grupos armados responsables de abusos contra los derechos humanos deben rendir cuentas de sus actos, pero la fragrante violación por las autoridades libanesas del derecho al debido proceso de las personas refugiadas sirias es una burla a la justicia. En cada etapa, desde el arresto hasta el procesamiento en juicios injustos, pasando por el interrogatorio y la detención, las autoridades libanesas ignoran por completo el derecho internacional de los derechos humanos”.

El informe documenta los casos de 26 personas refugiadas sirias, cuatro de ellas menores de edad, recluidas en Líbano por cargos de terrorismo entre 2014 y 2021, y se basa en entrevistas con personas exdetenidas y detenidas, así como con abogados, y en el examen de la documentación judicial.

Desde 2011, cientos de personas refugiadas sirias están detenidas en Líbano, a menudo de forma arbitraria por cargos falsos de terrorismo o, en ocasiones, en relación con su pertenencia a grupos armados.

Tortura y otros malos tratos generalizados

En 25 de los 26 casos documentados por Amnistía Internacional, las personas refugiadas denunciaron haber sido torturadas durante el interrogatorio o la detención. Con mucha frecuencia, esto se produjo en el centro de inteligencia militar de Ablah, la oficina de Seguridad General de Beirut o el Ministerio de la Defensa.

Dos de las personas sobrevivientes de tortura tenían sólo 15 y 16 años, respectivamente, en aquel momento. Al menos cuatro hombres dijeron que les habían propinado una paliza tan brutal que perdieron el conocimiento y dos tenían dientes rotos.

Las personas detenidas dijeron que habían sido sometidas a algunas de las mismas técnicas de tortura empleadas habitualmente en las prisiones sirias, como la “alfombra voladora” (se ata a la persona a un tablero plegable), “shabeh” (se la cuelga de las muñecas y se la golpea) o “balango”, en la que se cuelga a la persona durante horas con las muñecas atadas a la espalda.

Bassel, exdetenido sirio, dijo a Amnistía Internacional que después de ser trasladado a la prisión de Rihaniyyeh, le propinaron unas palizas tan brutales cada día durante tres semanas que sus heridas se ulceraron. “Nos pegaban en la espalda con tubos de plástico del baño. Tenía heridas abiertas en la espalda que empezaron a ponerse realmente mal. Al final, tenía gusanos dentro de las heridas”, dijo.

Ahmed, que contó su terrible experiencia como detenido en el centro de inteligencia militar de Ablah, dijo que le pegaron en los genitales hasta que perdió el conocimiento.