Testimonio

Niños, palestinos, encarcelados

Cuando abrí la puerta, vi al soldado frente a mí. Me preguntó: ¿Tu eres Tayeb?, yo le respondí: sí. Entonces, me atrapó, me torció las manos y me golpeó contra la puerta. Cuando estábamos allí, mi vecino le lanzó un objeto, lo que lo puso de muy mal humor e hizo que comenzara a golpearme más fuerte, en la cara.
Tayeb, 14 años, arrestado en el campo de refugiados de al-Fawar

Desde el momento de su arresto, por lo general, en medio de la noche, los menores tienen los ojos vendados y las muñecas atadas con lazos plásticos tan apretados que hasta les corta la piel. Tres de cuatro niños son objeto de violencia física durante su arresto, tras el cual son llevados a centros de interrogatorio. Durante el trayecto a dichos centros, que puede durar varias horas, los menores reciben insultos, golpes y, a veces, amenazas. La mayor parte del tiempo, ni a ellos ni a sus padres se les informa el lugar o el motivo de la detención.

La mayoría de los niños encarcelados son acusados de lanzar piedras. Una vez pronunciada la sentencia, el 60% de entre ellos son trasladados a prisiones israelíes, en los territorios ocupados, un hecho que viola el Cuarto Convenio de Ginebra.

Un soldado encapuchado vino a decirme que debía irme con ellos. Me amarró las manos contra la espalda con tres cuerdas plásticas que me apretaban las manos. Me vendó los ojos con un pedazo de tela y ni siquiera me permitió vestirme para salir al frío ni despedirme de mi familia. No me dijeron adónde me llevaban y tampoco me informaron el motivo de mi arresto.
Hani, 17 años, arrestado en Naplouse.

Los interrogatorios, que se llevan a cabo sin la presencia de un abogado, pueden prolongarse por varias horas o semanas, durante las que, en la mayoría de casos, los menores permanecen esposados y a veces amarrados a una silla, y son sometidos a requisas al desnudo con el fin de humillarlos y asustarlos. Casi todos sufren violencias físicas entre el arresto y el interrogatorio: patadas, bofetadas y, en ciertos casos, descargas eléctricas. El 20% de los menores son puestos en aislamiento durante este periodo.

Me dijo: tengo fotos tuyas en las que apareces lanzando piedras. Le respondí: no, yo no lanzo piedras y no conozco a las personas de las fotos (…) Tumbó al piso la silla en la estaba sentado y comenzó a golpearme. Me dijo: tienes que confesar ahora mismo, de lo contrario, mataremos a tu amigo Mohammad. Me golpeó en la cabeza. Yo dije que no podía confesar porque yo no había hecho nada; no puedo confesar algo que no he hecho.
Salah, 15 años, arrestado en Beit Umar

Desde octubre de 2015, las autoridades israelíes han puesto a nueve menores palestinos en detención administrativa, una medida que les permite retener a una persona por un periodo máximo de seis meses, renovable indefinidamente. De este modo, la persona queda detenida bajo ningún cargo y sin ningún proceso judicial, a menudo, sobre la base de información “secreta” a la que no tiene acceso ni la persona interesada ni su abogado, contrariamente a lo que estipula el derecho internacional.

Pasé cerca de ocho años en detención administrativa, pero no en una sola vez. Cuando te detienen, no te dicen nada, no sabes por qué estás ahí. Solamente te dan un papel firmado por el comandante militar para informarte que estás en detención administrativa por seis o tres meses. En este papel, unas cuantas palabras, que parecen más bien un eslogan, afirman que eres una amenaza para el orden público, para la región o para cualquier otra cosa. Eso es todo lo que te dan.
** Ala Abou Maria, 15 años**