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Arabia Saudí: las auténticas reformistas están entre rejas

Los días 21 y 22 de noviembre Arabia Saudí preside la celebración del G20, la reunión de los países más poderosos del mundo. Una oportunidad de ofrecer al exterior un país moderno y abierto en donde irónicamente, el empoderamiento de las mujeres saudíes ocupa un lugar destacado en la agenda.

En los últimos años, las autoridades saudíes han tratado de remodelar su imagen mediante costosas campañas de relaciones públicas en las que se presenta al príncipe heredero, Mohammed bin Salman, como reformista. En junio de 2018 se levantó la prohibición de conducir para las mujeres, una decisión muy publicitada que se presentó como prueba de progreso. Sin duda se trata de un paso importante en el camino hacia la igualdad y ha sido un logro de las mujeres que llevaban años luchando por ello. Sin embargo, un mes antes, muchas de las defensoras más destacadas en favor del derecho de las mujeres a conducir habían sido detenidas y recluidas. Más de dos años después, algunas de ellas se consumen en prisión o se enfrentan a juicio.

Activistas como Loujain al-Hahtloul, detenida en 2014 tras intentar conducir desde Emiratos Árabes Unidos hacia Arabia Saudí. Pasó 73 días encarcelada. En 2015 se presentó a las elecciones; era la primera vez se permitía a las mujeres votar y presentarse. Pese a ser reconocida como candidata, su nombre nunca llegó a incluirse en las papeletas. En mayo de 2018 volvió a ser detenida, acusada de “querer desestabilizar al país”. Dos años después continúa en prisión, donde ha sido objeto de aislamiento, tortura, acoso sexual y otros malos tratos.

En los últimos ocho meses solo se le ha permitido un contacto limitado con su familia: una visita el 23 de marzo, una llamada telefónica el 19 de abril y una visita el 31 de agosto. Durante la última visita, el 26 de octubre, dijo a sus padres que está “agotada por haber sido maltratada y privada de escuchar las voces de su familia”. Ese día comenzó una huelga de hambre. Desde entonces, no ha tenido contacto con su familia.

Para las autoridades saudíes, la cumbre del G20 es un punto crítico: es el momento en el que pueden promover ante el mundo su agenda de reformas, y mostrar que su país está abierto a hacer negocios. Mientras tanto, las auténticas reformistas de Arabia Saudí están entre rejas.